Es poco aconsejable predecir el sentido de unos comicios por las encuestas que se exhiben públicamente. En este momento hay tres que circulan y ninguna de ellas coincide con otra. Desde marzo, antes de comenzar las campañas formalmente, se ha hecho patente que hay un empate técnico entre Cuitláhuac García Jiménez, de Morena, y Miguel Ángel Yunes Márquez, del PAN; en ellas, como si sus creadores quisieran un escenario similar al que se observa en el país, han mandado al candidato del PRI, Pepe Yunes, al tercer lugar con una diferencia de hasta 16 puntos porcentuales respecto del segundo lugar.

Era un escenario previsto por el candidato del PRI y PVEM: enfrentaba a dos personajes que, sea porque uno en efecto repetía en la competencia con la misma candidatura o porque el nombre es similar al que ganó hace dos años, tenían una ventaja antes aún de comenzar la contienda. Pero lo más grave es que ambos son respaldados por dos fuerzas sumamente poderosas.

Cuitláhuac repite como candidato a Gobernador, luego de que hace dos años obtuvo arriba de 800 mil votos, y casi sin hacer campaña en el estado; se ha vuelto incluso motivo de chistes políticos que solo va a campaña cuando viene su padrino, el candidato presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador, y mire que viene con mucha frecuencia. La sola presencia triunfadora del tabasqueño ha alcanzado en los últimos años para lograr el triunfo de varios candidatos locales prácticamente desconocidos. 

El propio Cuitláhuac ha logrado la diputación federal por Xalapa y luego el tercer lugar (en una elección a tercios) por la gubernatura de Veracruz no porque sea conocido y reconocido por el electorado. Como en su momento hizo triunfar a los candidatos del PRD (donde se fraguó la frase, para el caso de Xalapa, de que si se postulaba una vaca, ganaba), López Obrador se ha metido hasta la cocina para tener a su hechura en la antesala del Palacio de Gobierno.

Por el otro lado, Miguel Ángel Yunes Márquez es su padre detrás de una gubernatura de ocho años (o de 14, si gana, porque en 2024 lanzará a Fernando, actual alcalde de Veracruz). El empecinamiento de Miguel Ángel Yunes Linares de implantar una especie de monarquía solo es comparable con el poder destructivo del candidato presidencial Ricardo Anaya, quien no titubeó con destruir al PAN con tal de ser él el candidato, aunque ahora arrastre con su caída a los candidatos locales y, por ello, en Veracruz le hayan pintado la raya.

Yunes Linares ha dejado de gobernar Veracruz para dedicarse en cuerpo y alma, junto con su gabinete, y obligando bajo amenaza a los empleados públicos, a la campaña de su hijo. Cada día lo vemos usando las instancias de gobierno para realizar tareas orientadas a generarle simpatías a un hijo que, para su desgracia, no es bien recibido por la población, y que se pierde en el papel del alcalde tecnócrata que ha sido, con una sonrisa que debe dolerle al terminar sus sesiones fotográficas o en sus intervenciones desafortunadas en los debates, como el segundo y último, en que parecía que quería ahorrar en la producción de sus spots, aprovechando las grabaciones oficiales del evento.

A esos dos monstruos, uno con el poder que le dan las encuestas, y el otro, con todo el presupuesto estatal para malgastarlo, es a lo que sabía Pepe Yunes que se enfrentaría en esta elección. Y, sin embargo, su campaña ha sido fuerte, energética, propositiva, generadora de crecientes apoyos entre el electorado.

Las tres últimas encuestas

La desesperación del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares porque su hijo no para en su tendencia a la baja es sintomática. Lo mismo aparece corriendo en cuanta competencia ocurra, que anuncia la detención de exfuncionarios duartistas o anuncia la entrega de 5 millones para una tarea que él y su Fiscalía han relegado persistentemente, la búsqueda de los desaparecidos, o eroga inconfesables sumas de dinero público para divulgar en prensa nacional encuestas en que su hijo escala el Himalaya de las preferencias electorales.

La última ha sido apenas el pasado 15 de junio, con una encuesta encargada al periódico El Universal, en que el candidato panista estaría con un 40 por ciento de la preferencia, separado del candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, por cinco puntos porcentuales, estratégicamente calculado para evitar que se señale empate técnico. En este ejercicio desaseado que busca generar una percepción de triunfo que evite suspicacias ante el inminente fraude electoral, Pepe Yunes aparece con 12 por ciento y, en el fondo, Miriam Judith González Sheridan con el 1 por ciento.

Y es que esta encuesta que salió tan rápidamente, respondía a una levantada por la Coparmex nacional, publicada tres días antes, y en la que observaba en Veracruz los resultados más cerrados. En ella, Morena posee una ligera ventaja sobre el PAN. Cuitláhuac García aparecía con el 35.9 por ciento, mientras que Miguel Ángel Yunes lo hacía con 34.1 por ciento. En ella, Pepe Yunes mostraba un 13.1 por ciento, por 0.9 por ciento de la candidata del Panal, July Sheridan.

 En los últimos días, sin embargo, la estrategia se ha inclinado para atacar al priista. ¿Por qué esa jugada inesperada, en lugar de seguir buscando debilitar al de Morena? ¿Será que ven con riesgo que el del PRI está levantando con enorme fuerza y que éste sí trae estructura electoral como para vencer a todo el aparato de Estado que se ha montado para favorecer al pretendido heredero? ¿O no están seguros de que Yunes Márquez sigue en el segundo lugar y ello puede hacerlo favorecedor del voto útil, con tal de evitar la llegada de Cuitláhuac?

Encuesta pone a Pepe Yunes en el segundo lugar

En este escenario es que este lunes circuló una tercera encuesta que pone en entredicho el impulso del hijo del gobernador. Ya no es él, sino Pepe Yunes el que aparece en el segundo lugar, muy cerca del puntero, que sigue siendo el de Morena.

En efecto, este lunes, una encuesta del Instituto Mexicano de la Opinión Pública (IMOP) realizada del 14 al 17 de junio, pone a Pepe Yunes arriba del candidato de la alianza Por Veracruz al Frente, Miguel Ángel Yunes Márquez, y a solo seis puntos del candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez.

En una muestra aplicada a mil 500 personas, adultos, hombres y mujeres mayores de 18 años, con credencial en mano, residentes permanentes en el estado de Veracruz, se observa que Pepe Yunes Zorrilla tiene el 27.1 de las preferencias electorales, por encima de Miguel Ángel Yunes Márquez, con 25.9, y a una pequeña distancia de Cuitláhuac García Jiménez, que se mantiene en un endeble 33.6 por ciento; la candidata July Sheridan apenas alcanza un 1.3 por ciento.

Varios analistas atribuyen este repunte a lo que se ha notado en sus recorridos por el estado, con un candidato que cada día crece más cuando los veracruzanos conocen sus propuestas y ven el alcance de las obras realizadas como Senador de la República y como legislador local y federal.

Por ello, se podrá ver un apoyo mutuo entre el candidato a Gobernador y el que va por la Presidencia de la República, Pepe Yunes y Pepe Meade, en la visita de este último este miércoles 20 de junio por los municipios de la zona conurbada Veracruz-Boca del Rio, Xalapa y Córdoba, con ciudades entrampadas en la violencia criminal y con graves carencias en materia de fuentes de empleo. A esta le seguirá la visita del sábado 23, cuando sostengan ambos encuentros con el priismo de Coatzacoalcos y Minatitlán, entre otros municipios, también agobiados por la violencia y la inseguridad, jamás disminuida por el que se jactaba de ser un experto en la materia.

Nuestros mejores deseos a Manuel Rosete

El periodista Manuel Rosete Chávez, director general del portal Formato Siete y columnista riñonudo de Veracruz, ha debido enfrentar la noche de este lunes una intervención quirúrgica de emergencia que, para beneficio de quienes somos sus asiduos lectores, por fortuna no lo sacará por muchos días del trabajo constante, permanente, incansable que realiza desde hace varias décadas para analizar la realidad política y social de Veracruz y del país. Esperemos que todo salga bien y que la próxima semana se reintegre a su labor periodística.