Lo escandaloso del asunto es que, a pesar de ser un área natural protegida por decreto presidencial, los integrantes de la alta sociedad jarocha acostumbran –desde hace algunos años a la fecha- celebrar en sus embarcaciones reuniones y festejos, pues vaya para alejarse del populacho y pues sentirse que están en Miami, en las Islas del Caribe, en Grecia o Las Baleares, ya de perdis.
El malestar entre pobladores de Antón Lizardo –dedicados a la pesca, y al turismo- quedo en evidencia con la serie de informaciones que ya desde el mismo viernes, sábado y domingo circularon en la redes sociales, como queda en evidencia en nota periodística. https://goo.gl/JM5YTd
De igual modo, agrupaciones ambientales han solicitado el cese inmediato del Delegado Federal de la Semarnat y la Profepa por permitir que estos “ricarditos” se den los lujos de sus vidas a expensas de atentar contra el medio ambiente de la entidad.
Inclusive la agrupación ambientalista “Sea Shepherd” denunció el hecho en donde se puso en riesgo a especies marinas en peligro de extinción, ante la invasión que los alcoholizados invitados hicieron y que quedo documentada en algunos videos en las redes sociales. https://goo.gl/24V6G2
No es de extrañarse en nada que esto ocurra, pues al menos el responsable de la convocatoria el tal Ramoncito Pérez, cuenta con un largo historial de amistad con políticos algunos hoy en la desgracia y que desearían pronto salir de la prisión como es el caso del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa.
A quien, en alguna época de su fastuosa y faraónica vida, le convido de darse la gran vida por las playas de Marbella en España, a donde lo introdujo al mundo de la realeza y el jet set español, del que el ex gobernador se decía merecedor.
Se cuentan historias de escándalo, de fiestas y reuniones por decir lo menos extravagantes, en donde los excesos de “Calígula y Nerón” se quedarían cortos pero pues, eran los tiempos de la plenitud del ejercicio del pinche poder, como algún otro mandatario llego a calificar.
Lo extraño en este ecocidio es la falta de vigilancia marítima por parte de la Secretaría de Marina (Semar) que regularmente está encargada de la vigilancia de este espacio arrecifal protegido por decreto del ex presidente Felipe Calderón en 2012.
Ojalá este tipo de acciones sean severamente sancionadas y no queden una vez más en una pequeña falta administrativa de estos pudientes, que con su dinero pretenden hacer y deshacer por encima de la Ley, como si ellos contaran con una especie de “salvo conducto” para violentar la norma por el simple hecho de tener riqueza y relaciones.
Al tiempo.
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