Hoy el pueblo veracruzano se sigue preguntando qué está bajo tierra en los cimientos de los inmuebles de la Academia de Policía de El Lencero.
Se presume que ahí fueron a parar delincuentes, desaparecidos, enemigos del gobierno, secuestrados, periodistas, policías, jóvenes del espectáculo y sicarios hechos cachos.
¿Por qué ese persistente hedor en toda la zona próxima al aeropuerto, en Emiliano Zapata?
Por qué ese olor a muerte que se respira en las congregaciones aledañas a esos edificios de la Academia de Policía, construidos entre 2011 y 2016, y hoy destinados al Centro de Estudios e Investigación en Seguridad (CEIS).
Por qué no se supo más de la “Fuerza Especial” de la SSP presuntamente responsable de la desaparición forzada de las personas. Por qué no hay detalles del centro de tortura en las instalaciones de las Fuerzas de Reacción y Apoyo FRYA, ahí mismo en El Lencero.
Por qué no se ha hecho caso a las denuncias públicas de que bajo la explanada de la Academia El Lencero hay decenas de cadáveres y que en San José, cuando el exjefe policiaco Arturo Bermúdez instaló su zoológico particular a las bestias en cautiverio se les alimentaba con carne humana.
Esto de las fosas clandestinas huele, en efecto, a muertos, a masacre, pero también en el último bienio ha olido a propaganda, a guerra mediática, a caja china, a trampa política.
Acaso por ello urge saber la verdad histórica de qué es lo que verdaderamente sucedió en los sexenios de Fidel Herrera y Javier Duarte, así como en el bienio de Yunes Linares.
La versión del Fiscal General, Jorge Winkler se observa sesgada cuando afirma que los muertos localizados en fosas clandestinas datan de dos años para atrás.
Es un infantilismo parecido al del Secretario General de Gobierno, Rogelio Franco, cuando grita voz en cuello que “no existe una sola denuncia contra algún funcionario del gobierno de Miguel Angel Yunes por corrupción o desvío de recursos”.
Ya veremos si se sostiene a partir del primero de diciembre cuando un jurado ciudadano, al igual que el de Nuremberg juzgue delitos de corrupción y de lesa humanidad.
Ya por lo pronto la información disponible arroja que en la entidad hasta antes de la localización de los restos de 166 en fosas clandestinas, 751 personas más están registradas oficialmente como desaparecidas.
En 2017 fueron encontradas 343 fosas en 44 municipios
En Alvarado fueron localizadas al menos 47 personas en ocho fosas y el mismo año anterior se dio cuenta de 295 personas sepultadas en sitios clandestinos en colinas de Santa Fe, a unos kilómetros del puerto.
Y para la Fiscalía veracruzana durante la administración de Javier Duarte no fueron reportados mil 876 casos de personas desaparecidas, por lo que actualmente se investigan 3 mil 600 carpetas.
Y lo de ayer.
En 32 puntos en el municipio de Alvarado, de acuerdo a lo que publica el diario “La Jornada”, Veracruz, fueron encontrados 32 puntos con cuerpos “que al menos tienen dos años de haber sido enterrados”, según el Fiscal General.
Al señor Winkler solo faltó decir que los hallazgos son hasta el último día de noviembre de 2016 ya que a partir del uno de diciembre de esa fecha cuando tomó posesión Yunes, no hubo más fechorías o masacre alguna.
Ya por lo pronto el colectivo “El Solecito” censura a la autoridad por no haberla notificado del hallazgo y localización de restos humanos y 166 cráneos, lo cual “despierta sospechas”, según Lucía Díaz, miembro de dicho colectivo.
Estas familias ya preparan lo suyo y adelantan que en breve darán a conocer el mapa del megapanteón veracruzano que supera con mucho lo conocido hasta ahora.
Por lo pronto, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública, Veracruz se inscribe en la segunda entidad con mayor índice de criminalidad, incluidos, por supuesto, los dos últimos años de gobierno.
Consecuentemente el tema es de carácter nacional.
La preocupación de los que vienen es a nivel república y ajeno a todo tinte político se habrá de investigar la responsabilidad de los del pasado, pero también a los del presente.
Recordemos que el pasado 16 de marzo la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) adelantó que investiga al secretario de Seguridad Púbica del estado, Jaime Ignacio Téllez, por sus posibles vínculos con el crimen organizado.
Según la PGR el funcionario estaría relacionado con Guadalupe Hernández Hervis, alias “La Jefa”, una operadora del grupo delictivo Los Zetas.
Al respecto, Téllez Marié admitió en aquel momento que, como parte de esa indagatoria compareció para declarar, “lo cual ayudó a detener a delincuentes”.
Dijo que la revelación de la Seido no le agravia porque ayudó a la captura de Guadalupe H.H. quien era su informante.
Sin embargo, después se descubriría que su información no era para colaborar con las autoridades sino que formaba parte de un grupo delincuencial.
La SEIDO tuvo conocimiento de datos que contrastan con el dicho del funcionario y que revelan que “La Jefa” tenía, al contrapelo de lo declarado por el Secretario de Seguridad Pública, una antigua amistad con el mando.
Téllez Marie jamás imaginó que eran intervenidos sus teléfonos por la PGR. Así, al no comunicar a la SEIDO los datos que decía obtener de su informante lo citaron al interrogatorio como imputado.
Así pues, asoman tiempos difíciles para los buenos, para los malos y para los feos.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |