Contar con conocimientos básicos para ordenar nuestras finanzas y hacer que el dinero nos rinda más y dejemos de endeudarnos es no solo importante sino necesario.
Pero los ‘tiempos’ que vivimos nos marcan la tendencia de usar esos conocimientos no solo para ahorrar; sino para protegernos de los robos de identidad, para saber cómo proceder y defendernos de los cargos no reconocidos, de la clonación de tarjetas, o de los estafadores que buscan –después de obtener nuestra información confidencial- obtener créditos o hacer compras a nuestro nombre.
Por ejemplo, recién ha llamado mi atención el anuncio que hizo la SEV acerca del cese de los descuentos al sector magisterio por créditos no contratados, pero si descontados (y con exceso) para dar oportunidad que avancen las investigaciones correspondientes por la falsificación de firmas que alegan. Estos descuentos dejaron de automatizarse con cargo a la nómina, para hacer el pago directo a las financieras que dicen haber otorgado los préstamos a los maestros.
Pero, ¿por cuánto tiempo podrán detenerse esos descuentos?, ¿en cuánto tiempo comenzarán las demandas por cobro de pesos para obtener la orden judicial de volver a llevar a cabo los descuentos o de embargar bienes para cobrar los adeudos?, ¿es la fiscalía del estado la instancia adecuada para ventilar esa controversia?
Espero que en esta edición de la SNEF se logre sentar en el presídium a las financieras que operaron en Veracruz esos créditos que tanta polémica han provocado, para que nos hablen de educación financiera.
Pues me gustaría saber, cuáles son los mecanismos de seguridad que ellos tienen implementados conforme a su normatividad para evitar los robos de identidad, y cómo se cercioran que las firmas que llegan a sus oficinas no son falsas, cuando no es el usuario quien acude a solicitar el crédito personalmente, y lo hace a través de un “asesor de crédito” como le llaman ahora a los encargados de ofrecer y colocar préstamos. Asesores cuya actuación es responsabilidad exclusiva de las propias financieras.
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