“De los 15 millones de dólares que el Fondo Internacional del Medio Ambiente otorga a México, ocho millones son para Xalapa y son para la construcción de un biodigestor que nos va a permitir generar energía eléctrica a través de los residuos sólidos”, agregó.
Pero esos ocho millones le importan pura corneta a su sucesor Hipólito Rodríguez Herrero, que ya dijo que no tiene interés en darle seguimiento al proyecto del biodigestor.
¿Por qué? Pues por ignorante que es.
El anhelo de Hipólito era que Américo le hubiese entregado una ciudad caótica y con problemas de toda índole para llegar como el salvador de Xalapa, pero le falló. Para su desgracia, le dejaron una ciudad sin problemas financieros y buenas cuentas en materia de resultados, transparencia, obra pública y desarrollo.
Cualquiera con un gramo de inteligencia hubiera seguido por el mismo rumbo, pero el xochimilca no es inteligente y así nomás no se puede gobernar.
El biodigestor no sólo serviría para convertir en electricidad los deshechos sólidos, sino para mejorar el entorno ecológico. Hasta los “ambientalistas” leguleyos que rodean al munícipe, saben que el biodigestor sería una excelente medida contra las 300 toneladas de basura diarias que produce la ciudad.
Aparte de esos beneficios, alargaría a nueve años la vida útil de El Tronconal. Es decir, Rodríguez Herrero no tendría que andar mendigando un lugar para tirar la basura. Lo único que tenía que hacer era gestionar ante Banobras ese dinero y listo.
Pero no lo hizo y se jodió Xalapa.
Hipólito dijo no porque por donde le mirara, el biodigestor sería una de las grandes aportaciones de Américo Zúñiga a Xalapa. Y el ex alcalde es un hombre al que no puede ver porque es más inteligente que él.
Ni hablar; qué se puede esperar de un individuo así de incapaz, así de mediocre y con un criterio así de chaparro.
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