Nada de eso importó al nativo de Xochimilco que este 2 de octubre se salió con su caprichito y anunció que la Secretaría estatal del Medio Ambiente había clausurado El Tronconal. ¿El Motivo? Mal manejo de residuos sólidos y escurrimiento de lixiviados que contaminaron el río San Juan.
Hipólito dijo que desde abril se puso en evidencia que la empresa Proactiva (administradora del relleno), incumplía con las cláusulas del contrato firmado con la administración de Zúñiga Martínez.
En conferencia de prensa anunció que las 300 toneladas diarias de basura que genera la capital del estado y cuyo traslado costaría a partir de ese día 400 pesos por tonelada, se entregarían a una empresa de Coatepec y próximamente serían llevadas al relleno sanitario de Pinoltepec en el municipio de Emiliano Zapata. Y en ese punto fue donde la marrana torció el rabo.
Más tardó en enviar la basura a Coatepec que los coatepecanos en mandarlo al diablo. Lo mismo sucedió cuando ordenó que los residuos se llevaran a Pinoltepec, donde también lo batearon.
Pero Hipólito tenía un plan B. El siguiente paso -dijo- será llevar los desechos… ¡al puerto de Veracruz!
Ante la incredulidad de los reporteros, el alcalde reconoció que el servicio se encarecería porque los camiones de la empresa Eco Xal SA de CV, acudirían a Xalapa por la basura, para después recorrer 110 kilómetros y depositarla en un relleno sanitario del puerto jarocho.
Nunca que se sepa, se había escuchado semejante pendejada.
Nomás que ahí también lo batearon. El alcalde porteño Fernando Yunes Márquez se negó en redondo a recibir los desechos: “En ningún momento se ha recibido alguna solicitud por parte del Ayuntamiento de Xalapa para realizar dicha acción. De recibirse, será negado el permiso, toda vez que el relleno sanitario del Puerto de Veracruz es exclusivo para uso de este municipio y no está en condiciones de recibir más desechos” le contestó al xochimilca.
¿Y ora?
Pues a buscar otro lugar. Y ese lugar es la congregación de El Castillo donde según el secretario general del Sindicato Solidaridad Urbana, Guillermo Caballero de Jesús: “No sabemos si los pobladores nos dejen tirar ahí la basura”.
En el supuesto caso de que accedan, El Castillo carece por ahora de las condiciones que exige un relleno sanitario. Y es que éste no se construye sobre las rodillas ni de la noche a la mañana. Se necesita tiempo y estudio; no es de ocurrencias.
Si se tiran ahí los desechos, la congregación se convertirá en un basurero a cielo abierto y en un foco de infección para sus pobladores.
Ante tanta pirueta uno se pregunta ¿no era más fácil obligar a Proactiva a cumplir lo que presuntamente incumplió en el contrato? No, para Hipólito era imponderable echar abajo el mejor relleno sanitario de Veracruz y punto.
El escurrimiento de lixiviados y la madre que los parió son puro cuento y él lo sabe. Simplemente quería joder ese relleno porque estaba bien hecho y porque lo construyó (horror de horrores) un priista.
Pero en contraparte, su hipotético relleno sanitario fue una farsa, una mentira; no existe. De eso se dieron cuenta los xalapeños cuando en apenas unos días le rechazaron la basura de tres lugares.
Hipólito no llegó a la alcaldía a gobernar ni a construir, llegó a destrozar, imponer y obstruir. Aparte de soberbio, vanidoso y negado para oír opiniones, el tipo es inepto, ineficaz e indolente.
Ignoro que tan mediocre sea como maestro universitario; pero como alcalde, es muy poquita cosa para la grandeza histórica, política, social y cultural de una ciudad como Xalapa.
Alguien debería decirle que así como los xalapeños lo eligieron porque creyeron que era la mejor opción como alcalde, así lo pueden botar si les sigue colmando la paciencia y llenando el buche de piedritas.
Ojalá no cometa el error de querer comprobarlo.
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