El Peje habló y su pueblo lo siguió, votó tan sólo el 0.0008% de la población
Luego de que el presidente electo Andrés Manuel López Obrador diera a conocer la decisión de cambiar la construcción del aeropuerto internacional hacia la base aérea militar en Santa Lucía, en base a los resultados de la llamada consulta popular, en los distintos medios de comunicación, prácticamente la mayoría de los analistas, coincidieron en opinar en contra.
En los principales medios de comunicación nacional impresos, los columnistas coinciden en que se trata de una decisión equivocada.
Incluso hay quienes ya comentan que el “transformador” sistema de consulta, no es otra cosa que la primera de una serie de consultas que se habrán de implementar a lo largo del sexenio de López Obrador, para que cuando se acerque el final de los seis años, en lugar de hacer una elección como lo establece la ley, simplemente se aplique el mismo sistema de “consulta popular” para preguntar al pueblo si está de acuerdo en que el presidente siga gobernando.
El resultado, obviamente ya se sabe cuál va a ser.
Pero por lo pronto, ya se alborotó el panal de la miel y han estado lloviendo las críticas a la denominada consulta popular.
Así se dice que luego de que el peje habló y su pueblo lo siguió, votó tan sólo el 0.0008% de la población, estos son datos fundamentales para avalar un proyecto, enhorabuena México, generando Confianza y seriedad, ¡Bravo!
La emoción de los organizadores por los resultados de su ejercicio, que no se puede llamar consulta, pero no cumple con los requisitos legales, era notoria, aseguraron que superaron su meta, pero veamos un poco de números.
Sólo se trata del 1.1 por ciento del padrón electoral, cuando de acuerdo con la legislación se requiere que el 40 por ciento de los ciudadanos voten a favor, y sólo el 3.5 por ciento de los que votaron por Andrés Manuel López Obrador acudieron a la consulta.
Así por ejemplo el coordinador de periodismo y académico del CIDE, Carlos Bravo Regidor publicó en sus redes sociales lo siguiente:
No hay padrón. No hay autoridad responsable. No hay voto secreto. No hay garantías de integridad ni del proceso ni del resultado. No hay marco normativo. No hay instancias para impugnar.
Ayer se quejaban del fraude electoral. Hoy validan este fiasco de consulta.
¿Qué les pasó?
En otros medios se cuestiona también los siguiente puntos: Entre los impactos negativos de corto plazo de la decisión anunciada de interrumpir el proyecto del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México están: 1) El desperdicio de las inversiones ya realizadas y pagadas, que no se recuperarán, mismas que se calculan en $60 mil millones de pesos.
Los recursos ya comprometidos, que suman otros $175 mil millones de pesos, que deberán pagarse, ya que su incumplimiento amerita sanciones que se establecen en los mismos contratos.
Erogaciones que deberán realizarse para regresar los terrenos a las condiciones anteriores, cuyo monto todavía tiene que estimarse, pero que suman varias decenas de millones de pesos.
El costo adicional en la deuda pública debido al deterioro en el tipo de cambio y en las mayores tasas de interés, el cual es superior a los 100 mil millones de pesos en las pasadas horas.
La pérdida de empleos para cerca de 45 mil trabajadores que laboran en la actualidad en este proyecto.
En el mediano plazo se tienen otros costos adicionales como son: El costo de los nuevos estudios para el aeropuerto de Santa Lucía, que tardarán varios años en realizarse (Hay que enfatizar que el mismo también está asentado en el lecho de un lago seco, con condiciones análogas a las de Texcoco).
La destrucción de la base militar ubicada en ese lugar y su posterior construcción en otro lado.
La imposibilidad de contar con un “hub”, el cual permite la transferencia de pasajeros y carga de las grandes rutas aéreas a las locales, creando un centro logístico de distribución (mover la carga de un aeropuerto a otro eleva de manera exagerada el costo de los diversos productos).
El incremento en el precio de la gasolina por el tipo de cambio más débil, de la inflación y de las tasas de interés que tiene que pagar la población en su conjunto, lo que afectará la imagen del nuevo gobierno.
La pérdida del importante ingreso por el TUA, el cual sirve de garantía para el pago de los bonos que se emitieron para construir el nuevo aeropuerto y que se utilizará durante varios años para pagar un proyecto cancelado. Se calcula que el mismo sería cercano a los 2,300 millones de dólares anuales en el nuevo aeropuerto.
No vaya a ser que estemos ante el inicio no de la cuarta transformación sino de la implantación de la OCLOCRACIA, cuando la decisión no la toma el pueblo, sino la muchedumbre, ya lo dijo Polibio. Cuando el pueblo es manipulado y decide sin información. Es el peor de los sistemas políticos, el ultimo estado de la degradación del poder o sea degeneración de la democracia. La oclocracia se nutre del rencor y la ignorancia. Ese es el camino que ya tomo el innombrable. Hay de ti México.!
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