El espectáculo está puesto. Hay jugada política para distraer a la afición como un digno cierre de un minigobierno que hizo de la distracción su principal acción. 

Y qué mejor que pedir el desafuero de diputados locales que aprobaron la Cuenta Pública 2017 a Yunes Linares porque según limpiaron la Cuenta Pública y borraron 327 millones de daño patrimonial observados por el ORFIS.

Muchos se han ido y se seguirán yendo con la finta. Muchos se frotan las manos de gusto como parte del sentir antisistémico que priva en el país y piden por todo lo alto la cabeza del diputado Juan Manuel de Unanue Abascal, expresidente de la Comisión de Vigilancia de la pasada Legislatura.

Sin embargo, haría Usted bien en no dejarse engañar con ese circo ramplón. 

Basta revisar a conciencia la Ley y los Procedimientos de Fiscalización. Los que hoy creen haber encontrado una veta para llevar a la horca a unos cuantos diputados, debieran saber que la Ley 584 aprobada en el 2015 y la 364 del 2017 son muy diferentes. Lo sabe a la perfección Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, titular del ORFIS, pero él calla y deja que el show siga, pues es parte del juego mediático de la distracción.  

Lo que reclama el presidente del Comité de Participación Ciudadana, Sergio Vázquez, también es parte del circo y la distracción, y también se está prestando al show. 

Sergio solicitó que se investigue porqué los diputados de la Comisión de Vigilancia de la 64 Legislatura ‘borraron’ 327 millones de pesos de las observaciones hechas por el ORFIS a la Cuenta Pública 2017, y además pide (con lo que alborotó la gallera) una acción de inconstitucionalidad a fin de anular el decreto 184 en el que se aprobó la cuestionada Cuenta Pública. 

Sin embargo, tomando las cosas con seriedad y fuera del circo es donde se debe buscar. Es en los fundamentos y considerandos expuestos para reformar la Ley de Fiscalización en el 2017 en donde hay que buscar y no en los efectos que hoy se reclaman como actos de inconstitucionalidad. Ahí sí está el ‘meollo’ del asunto, ahí está el verdadero gato encerrado. Si lo laxo se revierte, quizá en la revisión de la Cuenta Pública 2018 encontrarán chaneques, víboras y tepocatas de lo que se hizo con el dinero público en la pasada campaña. 

Como en todos los manicomios, hay algunas personas cuerdas que sin aspavientos toman las cosas con la debida calma y mesura como el diputado José Manuel Pozos Castro, que ni suda ni se acongoja y ante los aguerridos reporteros que le cuestionaron si se desaforará a los exdiputados locales que repiten en el cargo y formaron parte de la Comisión de Vigilancia pasada, dijo que es aventurado adelantar conclusiones. ‘Lo que tenemos que hacer es una revisión responsable y en consecuencia vamos a actuar, pero sí lo digo, que si cometieron ese error no nos va a temblar la mano para actuar’.

¿Así o más cuerdo y colmilludo el presidente del Congreso? Por lo demás, no se vaya con la finta de circos baratos. Pero lo que sí se debe hacer es revisar la Ley de Fiscalización 2017 y ajustarla para evitar que una vez más, como ya lo hicieron en el 2017, se burlen de los veracruzanos.