Capricho de uno, que se convierte de la noche a la mañana en el mayor golpe a la economía nacional desde los tiempos de famoso Fobaproa en la década de los 90’s del siglo pasado –el costo 120 mil millones de pesos- que seguramente usted, sus hijos y los hijos de sus hijos estaremos condenados a pagar de por vida.
Sumado a ello, la ola de despidos en los gobiernos federales y estatales como parte de la tan socorrida austeridad republicana, esa que afirman cambiará de fondo la circunstancia del país, sumada a la eliminación de la corrupción, porque al acabar con ella, se extirpa de fondo todos los males del gobierno, sin tomar en cuenta que con ello, están orillando a los funcionarios ahora acotados y recortados en sus percepciones a buscar el cómo compensar lo que ya no tendrán, generando que la espiral de corrupción se interminable.
Ahora bien, la ola de violencia que azota a Veracruz evidencia dos cosas muy severas.
Por un lado, la falta de conocimiento total en asuntos de seguridad y del cómo combatirlos y por otro, el evidente malestar de las fuerzas castrenses con las nuevas autoridades estatales a quienes comienzan a ver con recelo pues es notorio el descontento en la forma en que han asumido el tema.
Y para muestra un botón, al enviar al evento del 104 Aniversario de la Promulgación de la Ley Agraria en el monumento a Venustiano Carranza a una oficial de la Marina Armada de México de mediano rango, y no a un Almirante, vicealmirante o contraalmirante, hecho que resulta sumamente evidente al estar en las instalaciones de la misma Armada de México, a 25 metros del Edificio Faros antigua sede de la Primera Región Naval del país.
Se sabe de buenas fuentes que las poses y actitudes asumidas al interior de lo que alguna vez fue el Grupo de Coordinación Veracruz, hoy Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz en Veracruz no han gustado en nada a integrantes de la Secretaría de Marina, quienes no se andan por las ramas cuando se trata de asuntos de esta naturaleza.
Así a 38 días de iniciada la llamada Cuarta Transformación el saldo en victimas por la inseguridad alcanza ya más de los dos mil en nuestro país, y poco más del centenar en Veracruz.
El feminicidio se ha convertido en noticia cotidiana en la entidad, sin que hasta el momento el gobierno estatal asuma la responsabilidad del asunto.
Preferible ha sido llevar el discurso al terreno de la evasión, de la acusación y de responsabilizar a pasadas administraciones, a las que acusan de haber dejado minado el campo para no dejarlos trabajar como ellos quieren.
De este modo, en 38 días todas las culpas de lo que pasa en Veracruz son del responsable de la Procuración de Justicia, Jorge Winckler Ortíz, a quien ahora acusan de ser “malinchista” por apoyar a mexicanos nacionalizados estadounidenses.
Y es que tras la agresión sufrida por elementos de la Fuerza Civil en la Localidad de Santa Rosa, Municipio de Actopan en días pasados, hasta donde habrían llegado a literalmente secuestrar a una familia del interior de su vivienda en viaje vacacional, las autoridades veracruzanas solo atinan a señalar que se actuará al respecto.
Sin planes Nacionales de Desarrollo y Estatales de Desarrollo los mexicanos y veracruzanos caminamos a la sin rumbo, a la sin suerte, a la vamos a ver qué pasa, esperanzados en que pronto se hagan realidad las mil y un promesas de un presidente que cada día abona más a convertirse en un líder dictatorial, que en un verdadero demócrata.
Las por demás cantinflescas salidas y respuestas de sus acompañantes de gabinete a temas indistintos, evidencian que el absolutismo represor de los años 60’s y 70’s está más vigente que nunca.
Esperemos y hacemos votos por el bien de este país que todo esto cambie sustancialmente, o estaremos condenados al desatino, al desacierto y al error por los próximos 5 años y 11 meses que resten de gobierno.
Al tiempo.
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