Simplemente en la revisión no hay ni un peso partido por la mitad ejecutado a favor de la entidad.
Pocos son los logros que sus representantes han presentado como iniciativas en los Congresos Local y Federal a favor de Veracruz.
Incluso se ha logrado saber que ni los afectos que tanto afirma el presidente Andrés Manuel López Obrador le tiene a la entidad se vieron reflejados en recursos especiales o fondos para rescatar las finanzas al arranque del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.
Tan es así que el mismo gobernador lo confesó en su última conferencia de prensa en Palacio de Gobierno, acompañado de la secretaria de Turismo, Xóchitl Arbisú, al reconocer que solicitó un préstamo quirografario por dos mil 500 millones de pesos ante Banorte, para solventar los compromisos de fin de año.
Y para colmo, ese mismo día el mandatario veracruzano dio la espalda a la Festividad más importante del Estado como lo es el Carnaval de Veracruz.
En los hechos, los triunfos alcanzados a nivel municipal por parte de este partido político han sido nulos.
Los lamentables casos de las administraciones municipales de Xalapa, Coatzacoalcos, Minatitlán y Poza Rica son la confirmación del desastre.
A más de un año de gestión son nulas las obras en beneficio de sus gobernados, tan han sido así, que hasta acusaciones por subejercicios pesan sobre ellas.
En cambio, los cientos de reclamos y conflictos existentes por su pésima operación política demuestran que es indispensable conocer la función pública y todos sus asegunes para poder realizar un buen papel.
Hasta hoy, no se reportan repuntes en ningún sector de la economía con la implementación de sus políticas, por donde quiera buscarle.
En el Congreso, las cosas no pintan nada favorables.
Con serios problemas de control político, los legisladores morenistas se dividen entre respetar sus principios y proyecto político o en mantener la autonomía del Congreso, ante la constante intromisión, malos tratos, vejaciones, falta de respeto a los acuerdos por parte de los responsables de mantener su control político.
Las cuentas por donde se le busque en nada favorecen a Morena.
Conveniente es observar y analizar la estrepitosa caída que esta fuerza política habrá de comenzar a presentar entre la población por su incapacidad y nulo tacto para escuchar a la sociedad.
El desencanto entre la población es ya tan evidente, que en cualquier momento los reclamos y reproches le han comenzado a llover al gobernador en funciones.
La gravísima crisis de inseguridad que vive Veracruz, es motivo incluso de reproche del propio presidente López Obrador, quien este miércoles en conferencia acuso que son los propios policías los responsables de un asesinato en Xalapa.
El asalto registrado este miércoles a una joyería en una plaza comercial, son la muestra evidente de su total desatino.
¿Qué acaso la seguridad pública no está en manos del gobierno de Morena?
Es momento de la reflexión, de verdaderamente analizar qué papel está jugando esta fuerza política a la que la sociedad entregó su confianza a ciegas, sin medir la consecuencia de tan grave acción.
A más de 4 años de iniciado ese proyecto, los saldos en cuanto a resultados son casi nulos. Y sino haga un ejercicio de reflexión, e intente numerar verdaderamente algún logró que no sea, lo anunciado por el presidente López Obrador.
Que, dicho sea de paso, ya en materia macroeconómica trae números rojos, pues el costo de sus políticas habrá de detener consecuencias muy serias en el crecimiento económico.
Los que sumados al pago de pasivos por absurdas cancelaciones como la del mismo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, habrán de generar una severa desaceleración en la economía.
Al tiempo.
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