“La mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás”.
Alfonso Mora Chama
Candidatos con engañosas propuestas, protectores de la sociedad, de los pobres y miserables que estaban siendo engañados por los gobiernos anteriores, de pronto, con el poder en las manos, se les está haciendo bola el engrudo y aquel paraíso que lograrían en esta sufrida entidad veracruzana, está muerto. Con ellos nunca tuvo vida y las campañas triunfadoras para conseguir una sociedad sin explotados ni explotadores, con el sello de santidad evangélica, ha sido un vil engaño.
Las reuniones – en secreto, como si los pueblos de Veracruz no conocieran ni sintieran en carne propia la violencia – con presidentes municipales, ediles, funcionarios estatales y autoridades de Seguridad Pública, fracasan por la incapacidad de realizar los anhelos populares y la opinión sincera y doliente de los ciudadanos no la dejan escuchar…mientras los cementerios clandestinos se siguen colmando de ejecutados – no tanto las cárceles - si ellos, la nueva fuerza en el poder estatal, dijo, aseguro y juró que terminaría con todos los actos de violencia, de corrupción y de blasfemia priista, panista y agregados, que han ocupado el palacio de gobierno de Veracruz.
Les quedó grande la yegua y al pueblo de Veracruz les falta el jinete…como reza la conocida canción de la guapa Alicia Villareal, si pregonaban con la boca llena de esas dos palabras “seguridad ciudadana”, esos candidatos epígonos a diputaciones y al mismo gobierno de Veracruz, con engañosas propuestas y las “ingeniosas soluciones” que no las vemos por ningún lado morenista.
Está rota la distancia entre gobierno y pueblo de Veracruz, contagiando a los alcaldes de Morena e integrantes del Congreso del Estado que, con el discurso gastado de AMLO, en un repetir sin asomo de propuestas, no han logrado los cambios de la mentada Cuarta Transformación…
Es la hora de que pongan los pies sobre la tierra, lo mismo en la huasteca veracruzana, como en el región fundada por indígenas de Tuzapán, la Sierra de Papantla; asimismo en el Uxpanapa, en Zongolica, en la sierra de Oteapan, o en la zona sur de Las Choapas, incluyendo la zona centro y su capital Xalapa… y la osadía la convirtieran en la virtud morenista, cala muy profundo el dominio de esta política parroquiana, autodestructiva que, cierto es, ya existía esta ola de violencia, secuestros y ejecutados…¿ pero acaso ellos no presumían de combatirlos, de terminarlos? Fue la bandera política de Morena.
La sospecha, la sangre, el dolor y el luto en hogares siguen en pleno apogeo. Reuniones como la efectuada en palacio municipal de Coatepec, con los diez presidentes de distrito, secretario de gobierno el Fiscal, el secretario de Seguridad Pública, no llevan a resultados firmes que no sean repasos de lo acontecido en los últimos meses y como consuelo engañoso, los últimos años.
Estamos viviendo una crisis de impredecibles consecuencias que quiérase o no, devela y hace temblar las lógicas del sexenio morenista a sabiendas de que estamos escuchando el espejismo que los funcionarios estatales ven y no están dispuestos a escuchar algo más razonable salido de los medios de comunicación o de la misma sociedad civil que, por cierto, está cayendo en el aislamiento y en el silencio histórico, que se presentó en Coatepec, apatía que lamentamos de quienes exigen pero no dan la cara ni por un minuto…solamente en lonas dentro del anonimato y gritos de exigencia a los que ostentan el poder en todos sus niveles…
Mientras los políticos morenistas trepados en el poder en Veracruz, sigan escuchando la voz única de su patrón, dentro de un centralismo con mensajes de campaña sin folios, veremos todavía a quienes confían en la prosperidad y otros más, millones sumidos en la pobreza, sin las recetas liberales que nos prometieron y que acabaron, eso sí, con la permanencia del PRI y del PAN en el poder, pero Veracruz y sus municipios debe dejar atrás las épocas de fuertes sacudidas, aplicando acciones reflexivas y novedosas, inteligentes y con sentido común, no ocurrencias, con una brújula bien calibrada, con espíritu flexible y la mentalidad ágil de un gobernante responsable…
Ahí está lo cabrón, diría el indito.
Lo que si permanece en los ciudadanos, las promesas de los morenistas, aunque se sabe, en ellos, los poderosos de Morena, no lo recuerdan.
El silencio histórico de la ciudadanía y su apatía se está sellando. Al menos en Coatepec, lo vimos.
|