El viernes en Xalapa, la diputada local Ivonne Trujillo dio a conocer que hasta el jueves se habían contabilizado 64 feminicidios en menos de cuatro meses, pero el viernes la cifra aumentó a 66 con la ejecución a balazos de una mujer en Las Choapas, y otra que era policía municipal en Platón Sánchez y que fue torturada antes de ser asesinada.
Y repitió la cifra: 66 feminicidios en menos de 120 días.
“Esto no se había registrado nunca en años anteriores (en Veracruz). La realidad ha sobrepasado todas estas cifras que no se habían visto jamás. Estoy preocupada como legisladora y como mujer” dijo la diputada.
Pero ese día en Poza Rica todo fue felicidad para el presidente y para el gobernador Cuitláhuac García.
López Obrador anunció su apoyo a cañeros y cafeticultores. Dijo que si el programa Sembrando Vida iniciado en Papantla cumple su propósito de sembrar 150 mil hectáreas con cítricos o especies maderables y crear 60 mil empleos, en 2019 será ampliado a 300 mil hectáreas y 120 mil empleos en distintos puntos de Veracruz. “Vamos a reverdecer el campo veracruzano y el campo de México”, manifestó.
¿Y la inseguridad? Oh, pérense.
En Tuxpan prometió una carretera nueva entre ese puerto y Tampico y ordenó al delegado Manuel Huerta Ladrón de Guevara, que recorra los municipios afectados por derrames petroleros, hable con pescadores y campesinos agraviados y con las empresas responsables a fin de que los indemnicen. Es decir, lo puso a trabajar.
Por cierto, Manuel Huerta no estuvo en el templete en ninguno de los tres actos. Lo mandaron con la raza jarocha como uno más del montón. Al respecto hay dos versiones: una, que Cuitláhuac no lo dejó subir porque no lo puede ver. Y la otra es que no lo treparon para evitar que le chiflaran. Pero la más aceptada es la primera a pesar que el gobernador dijo al presidente que trabajan en “coordinación total”.
Sí, sí todo eso está bien, pero qué onda con la inseguridad. Oh chingá, aguanten.
Fue en Tantoyuca donde AMLO dijo que “confía” en que los problemas de violencia e inseguridad en Veracruz y el país se resolverán por dos razones: “Porque habrá trabajo y bienestar y porque la autoridad no se va a asociar con la delincuencia”.
Y eso fue todo. El primer mandatario se fue y Veracruz volvió a lo cotidiano, es decir, a la inseguridad y violencia de todos los días. Este domingo en San Andrés Tuxtla, dos personas que resultaron ser padre e hijo fueron decapitados y les cercenaron las manos. En Cosamaloapan también decapitaron a otro hombre y uno más fue asesinado a balazos en Córdoba.
¿Habló el presidente de un plan en concreto contra la inseguridad que vive la entidad? Ah cómo chingan, ¿qué no oyeron que ese problema se acabará cuando haya trabajo y bienestar? ¿Y cuándo será eso? ¿Eh? este… no… eso no lo dijo.
Uta… entonces ya mero.
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