¿Kime cuentas?
Sebastian Kim.
 

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Mujeres vs hombres, la falsa disyuntiva del feminismo moderno
2019-04-04

El pasado 31 de marzo ocurrió un evento en el país que marcó un antes y un después en la historia del feminismo en México y en el mundo.


Armando Vega-Gil: músico, compositor y escritor cometió suicidio…


¿La razón? Una denuncia anónima efectuada en redes sociales en la que se le acusaba de haber violado a una menor de 13 años.


En una carta de despedida, Vega-Gil afirmó que la acusación era falsa, pero que para él resultaba mejor quitarse la vida, quitándole así a su hijo el peso de cargar con el estigma de un padre violador… No puedo imaginar lo duro que debió ser escribir eso…


El motivo que lo liga al movimiento feminista que existe en México es, precisamente, dicha denuncia.


Todo se originó a través de la cuenta de Twitter @meetoomusicamx (actualmente @metoomusicamx), la cual surgió como una variante del famoso movimiento #MeToo, creado en Estados Unidos en 2017.


A esta cuenta llegó una denuncia anónima que afirmaba una violación por parte del cantante. Sin pruebas, sin testigos, sin sustento alguno más que la palabra de la denunciante.


Ahora bien, este movimiento no es responsable de la muerte de Armando, pero sí es culpable del linchamiento mediático que sufrió el bajista y fundador de la banda Botellita de Jerez, mismo que lo orilló al suicidio.


Insultos, mensajes de odio, amenazas de muerte y demás, fue lo que tuvo que vivir Vega-Gil después de que se viralizara la noticia de que era un pederasta.


Le pregunto al amable lector: ¿cómo se sentiría usted de ser acusado de semejante atrocidad? Creo que todos estamos de acuerdo en que debe ser una situación muy difícil de manejar…


Lo peor de todo este asunto es que es altamente probable que la denuncia sea falsa, una mentira… Prueba de ello es que esta acusación ya no existe, fue retirada, eliminada, como si nunca hubiera pasado…


¿Por qué razón alguien mentiría con algo tan grave? No tiene sentido… O tal vez sí…


Y esque esta situación no es la primera en su tipo. Existen muchos casos similares en donde diversas figuras públicas, todos hombres, han sido señalados de la misma manera. A través de una red social, sin fundamentos, sin pruebas, lo que genera una condena social y un linchamiento mediático de niveles incalculables.


Por mencionar algunos casos:


- Benny Fredriksson, Director de Arte y Cultura en Estocolmo / 19 de marzo de 2018:


Perdió su trabajo después de que fuera acusado (anónimamente y sin pruebas, claro está) por 33 mujeres de haber cometido abuso sexual hacia ellas. Ante el repudio social y después de ver su carrera terminada, se quitó la vida…


Un mes después se reveló que estas acusaciones eran falsas y que todo había sido orquestado como parte de una venganza personal… Qué coraje...


- Jorge Omar Pacheco, Director teatral argentino / 04 de noviembre de  2018:


Fue acusado por varias mujeres de abuso sexual, una vez más, sin pruebas. Además de que, dichas féminas, destrozaron y saquearon su teatro. El director también se suicidó…


Casualmente, quienes lo habían denunciado eran mujeres que fueron rechazadas para obtener algún papel en las obras de Pacheco. Hasta la fecha no existen pruebas que afirmen las acusaciones… Juzgue usted…


- León Larregui, Fundador de la banda de rock alternativo Zoé / marzo de 2019:


Este cantante mexicano lo tomó con más mesura, sigue vivo. Pero su carrera se ha visto afectada debido a una acusación de la misma índole. Aunque el también compositor ha dicho que no presentará cargos (por el momento), es una realidad que en estos momentos se encuentra con las manos semi-atadas, pues a partir de ahora deberá manejar su vida con pinzas para evitar caer en un malentendido que lo termine de condenar... ¡Cuánto estrés!


Charlando con una buena amiga sobre el tema, me dijo: “Cuando eres inocente, no tienen por qué preocuparte ese tipo de acusaciones...”.


Eso no es verdad, pues no podemos saber (ni tenemos porqué saberlo) qué está pasando por la mente del acusado. Para algunos nos puede resultar fácil ignorar estas situaciones, pero para otros puede ser un martirio horroroso, como lo fue para Armando Vega-Gil…


Una denuncia de este tamaño le puede arruinar la vida a cualquiera…


Es muy injusto que el simple hecho de ser hombre te convierta en un violador, un asesino o un pederasta, y esto es precisamente lo que el feminismo moderno pretende homogenizar.


¿Exagero? Tan sólo es necesario checar las cuentas de mujeres que, después de que se supiera que el escritor mexicano se había quitado la vida, celebraron… ¡Celebraron que se suicidara! “Ps qué bueno que #ArmandoVegaGil se suicidó”, “Hombre muerto no viola, no mata, no queda duda de que somos poderosas”. Es más, momentos antes, Armando había publicado la carta de despedida, a lo que muchas mujeres (pertenecientes al movimiento) lo incitaron a que se matara: “que se mate” era el comentario más abundante.


 ¿O qué tal un comentario hecho por la cuenta que lo inició todo?: “Aquí en @meetoomusicamx creemos que la muerte de hombres ‘inocentes’ (ningún hombre es inocente) es un costo justo para la justicia”


Me parece deplorable y desgarrador que existan personas que piensen así…


Basta con hacer una comparación con la primera ola del feminismo, las bases del movimiento, para darse cuenta de que se ha perdido la esencia de esta lucha. Las mujeres buscaban (y aún lo hacen) igualdad, no supremacía.


Esta nueva generación de feministas está desprestigiando la lucha incansable de mujeres que, con esfuerzo y dedicación, pero sobre todo, sin lastimar a nadie, han conseguido que las condiciones de vida sean cada vez sean más equitativas para ambos sexos. 


Aquí es donde invito a hacer la siguiente reflexión:


Vivimos en una sociedad en la que lo políticamente correcto se ha transformado en una especie de dictadura ideológica. Es decir, o estás conmigo o estás contra mí.


Es una forma de pensar muy peligrosa, pues lejos de ayudarnos a progresar, nos convierte en enemigos constantes ante cualquier tema de carácter político, cultural o social.


Hemos perdido el rumbo; hemos dejado que cualquier persona nos calle sólo porque pensamos diferente; hemos permitido que una lucha que emprendían juntos hombres y mujeres sea ahora una guerra de sexos…


Es verdad que las mujeres aún sufren abusos, sí. Lo que no es cierto es que todos los hombres seamos malos; no todos somos violadores en potencia; no todos somos machistas; no y mil veces ¡no!


Esto no debe ser un “mujeres vs hombres”, esta lucha es de gente buena vs gente mala.


La persona buena ayuda a esclarecer los hechos; una persona mala acusa, difama y alimenta un sentimiento de odio para obtener un beneficio personal y/o colectivo…


Concluyo diciendo que este tipo de denuncias deben terminar. No debemos ser parte de ningún linchamiento mediático en contra de nadie si no existen pruebas, si no existen hechos que comprueben la infamia.


Hoy más que nunca, mujeres y hombres debemos mantener lazos unidos y seguir combatiendo la desigualdad en todos sus ámbitos. Recordando siempre que lo que nos une no son nuestras creencias, nuestras ideas o nuestros pensamientos, sino la intención de progresar juntos como sociedad, como civilización y como seres humanos.


Y tú, ¿Kime cuentas?


Sígueme en Twitter: @kimsebastian_


Mándame un correo: kimecuentas@gmail.com

 
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