Era 3 de febrero de 2015, hace poco más de cuatro años.
El entonces Presidente de México, Enrique Peña Nieto instruyó al secretario de la Función Pública Virgilio Andrade Martínez, que investigara las operaciones de compra-venta de inmuebles entabladas con la empresa Higa por su esposa, Angélica Rivera; por el -en aquel entonces- secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y por él mismo, para determinar si hubo conflictos de interés.
Lo menos que se dijo de ese anuncio fue que se trataba de “una burla”, encargarle a un subalterno investigar si el propio Presidente, su esposa o el responsable de las finanzas en el país, habían abusado de sus posiciones para obtener beneficios ilícitos.
Algo similar hizo la semana pasada el gobernador Cuitláhuac García: negó que exista un vínculo familiar con el subsecretario de Finanzas Eleazar Guerrero, pero dio a conocer que había instruido a la Contralora General del Estado Leslie Mónica Garibo Puga, que investigara “más abajo” (es decir, no a él, sino a sus subalternos, para determinar si existen casos de nepotismo.
“No tengo hermano alcalde, ni senador, ni diputado; tampoco tengo hijo alcalde mientras yo soy gobernador”, expresó en franca referencia a los hijos de su antecesor, Miguel Ángel Yunes Linares, y agregó: “Lo vuelvo a decir, no tengo hijos, no tengo esposa, nepotismo de mi parte, pues, no hay”.
Se refirió exclusivamente a sus hermanos:
“Mi hermano mayor, Xicotencatl, es neumólogo y mi cuñada trabaja de manera particular; mi hermano Tonatiuh trabaja en la Orquesta Sinfónica de Xalapa desde hace muchos años, y su pareja está trabajando fuera del gobierno; ninguna de mis cuatro cuñadas y un cuñado trabajan en el gobierno”.
No hubo más. Su palabra contra la de sus enemigos, a los que este lunes identificó como “los Yunes” y “los Duarte”.
Cuitláhuac García no está conforme. Ya la semana pasada, a propósito del Día de la Libertad de Expresión, se quejó de que la prensa “lo torpedea” y aunque admitió que “están en su derecho”, lo atribuyó a que “nunca se les había permitido cuestionar”.
Ya en esa ocasión dio un avance de lo que sería su línea argumental:
“Nosotros tenemos una coraza que se llama austeridad, honestidad, cero tolerancia a la corrupción, y en eso estamos trabajando arduamente. Quizá esto lastime a algunos adversarios del pasado, pues sentimos mucho las molestias que esta Cuarta Transformación les cause”.
En síntesis, los señalamientos por fallas evidentes en su administración son producto de personajes “resentidos” por la llegada de Morena al gobierno.
Así lo expresó este lunes:
“Algunos ataques a nuestro gobierno se ciegan ante el verdadero cambio, no quieren ver lo que ‘los Yunes’ y ‘los Duarte’ abandonaron por llenarse las bolsas de dinero: ¿Acaso no acabaron inmensamente millonarios ambos? ¿Miento por decir que son iguales cuando su incalculable riqueza es evidente? Pero su coraje y sus ataques son entendibles. No soportan que un maestro, académico de la Universidad Veracruzana y un pueblo al que no pudieron engañar ‘con el hijo de Yunes’ les pusieran un alto. Simplemente no lo soportan. Parece que a nuestros detractores y ‘críticos sin razón’ les duele que atendamos al pobre y al niño indígena con el dinero que se iban a robar. Los paramos en seco”.
No da explicaciones, no admite falla alguna. Todo los “ataques” provienen de los nostálgicos del duartismo y el yunismo.
Como dijera su mentor: “Yo tengo otros datos”.
Una dosis de autocrítica le fortalecería mucho más que la desgastada excusa de que “antes las cosas estaban peor”.
* * *
Epílogo.
Tarde, pero al final parece ser que sí le aceptaron la renuncia a quien fungiera como subsecretario de egresos de Sefiplan, Pabel Pazos Rincón. En su lugar llegaría Ricardo Rodríguez Díaz, quien ocupaba la Subsecretaría de Ingresos. Para ese espacio llegaría el actual Director de Inversión Pública, Osvaldo Solórzano Romero. *** Lo delicado de este tema es que al parecer la Secretaría de Finanzas dispuso que fuera cancelada la licitación para la dotación de desayunos fríos al DIF estatal, lo que afecta a miles de infantes veracruzanos, quienes desde el mes de diciembre del año pasado –cuando entró en funciones el actual gobierno estatal- no ha recibido este apoyo. *** Pero además, la suspención (o declaración de “desierta” de la licitación) estaría beneficiando justo a la empresa que la Secretaría de Finanzas pretendió imponer, a pesar de no haberse apegado a las condiciones plasmadas en la convocatoria, y podría ser motivo de denuncias penales por parte de las otras empresas participantes, de tal manera que en lugar de resolver el problema lo estarían agravando. *** Esta vez le costó la cabeza a un subsecretario, no vaya a ser que la próxima quienes caigan sean los titulares.
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