Místicos y terrenales.
Marco Antonio Aguirre Rodríguez.
 

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Dos presiones al gobierno de Cuitláhuac García
2019-06-14

  • Posibilidades de cambios en el gabinete

  • Los Yunes azules en contraataque por las demandas

  • Marcos Miranda, el secuestro “por chismoso”


  • Al interior del gabinete de Cuitláhuac García existe una fuerte tensión por dos circunstancias que se están conjuntando:



    1. Las posibilidades de que se den cambios en el mismo.

    2. El contraataque de los Yunes azules por las denuncias que han puesto en su contra desde el gobierno del estado


    Durante los últimos día se ha manejado la posibilidad de cambios al interior del gabinete de Cuitláhuac García por diferentes situaciones que se han dado.


    Esto ha llevado a que el Gobernador reciba peticiones de cargos para nuevas personas, tanto de los mismos grupos en los que se integran los funcionarios cuestionados, como por otras instancias.


    Hay una fuerte disputa por las posiciones, sobre todo por parte de los grupos que estuvieron en la campaña para la gubernatura, como por parte de quienes actuaron desde posiciones individuales. Todos reclaman haber trabajado con intensidad para lograr el triunfo, pero quienes trabajaron sin formar parte de un grupo de presión, sienten que ahora no están siendo incluidos o que se les está relegando.


    Hubo familias enteras que salieron el año pasado a trabajar para hacer que Morena ganase, tanto aquí como en el resto del territorio nacional. Esto es en parte la explicación de que muchas estén hoy dentro de la estructura de gobierno.


    Pero ahora, en este momento, al gobierno del estado, a la administración de Cuitláhuac García le hace falta personas capaces para ejecutar la función pública que se les encomiende, que tengan como fin principal desarrollar un buen trabajo y no el andar buscando pasarelas para exhibirse o dar beneficios a los grupos políticos que los impulsaron.


    Los funcionarios por compromisos políticos, tanto con grupos de poder como con grupos políticos locales y nacionales, ya demostraron que tienen limitaciones y que su prioridad no es el bienestar de Veracruz.


    Éste es el momento que el Gobernador Cuitláhuac García debe aprovechar para colocar a personas que tengan plena capacidad para desarrollar las tareas que se les encomiendan.


    El estado no está para seguir aguantando experimentos.


     


    LOS YUNES AZULES EN CONTRAATAQUE POR LAS DEMANDAS. A la misma vez se esta dando el contraataque de los Yunes azules por las demandas interpuestas en la Fiscalía General de la República, la semana pasada, por parte de la actual administración estatal, en contra del anterior gobierno del estado.


    Las demandas se presentaron allá por la desconfianza hacia la Fiscalía del estado.


    La difusión mediática de los contraataques de los Yunes azules la está realizando Elias Assad, quien fue coordinador de comunicación social con Miguel Ángel Yunes Linares y que también opero en ese rubro para la campaña de Miguel Ángel Yunes Márquez.


    La arremetida de los Yunes azules fue amplia, bastante intensa, proporcional a la preocupación que les causan las demandas, y centrada sobre todo en el Gobernador y en las instancias de gobierno donde sienten que los pueden atrapar con mayor sustancia, porque saben que ahí fue donde dejaron más irregularidades.


    El panorama hoy es más favorable para que procedan esas demandas, pues es muy distinto al del sexenio anterior. Los Yunes azules saben que una denuncia puede prosperar con mayor facilidad ahora porque no hay los nexos de amiguismo y asociación que tenían con funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto (como Miguel Ángel Osorio Chong), y por que además la Fiscalía General de la República estará dispuesta –ahora sí- a realizar las investigaciones.


    Una parte de los miles de millones de pesos acumulados en la familia de los Yunes azules, se están moviendo, tanto aquí como en la capital del país, para la batalla mediática que están dando, donde sus principales argumentos son el nepotismo y la corrupción que acusan.


     


    MARCOS MIRANDA, EL SECUESTRO “POR CHISMOSO”. A la una y media de la madrugada de éste jueves 13 de junio, un vehículo ingreso a un terreno de terracería en las inmediaciones de la ciudad de Veracruz, allá por Santa Fe.


    Desde un convoy de tres patrullas de seguridad pública observaron el movimiento que les pareció sospechoso y fueron a checar, por la alerta generalizada que existía ante la desaparición del periodista Marcos Miranda Cogco.


    Marmiko, como es conocido, iba en el vehículo. Le habían dicho que ya lo iban a liberar, que “había sido perdonado”, que “fue una confusión”.


    Marmiko escucho los primeros disparos y se tiro al piso del vehículo cuando el traka-traka se intensificó, con el miedo cubriéndole el cuerpo y la mente.


    ¿Qué pensamientos le llenaron el cerebro?.


    Todos los posibles, probablemente.


    Un policía, un marino, no supo quien, lo sacó del vehículo y lo llevó a una patrulla de Seguridad Pública.


    En cuanto lo identificaron a plenitud, lo sacaron del lugar, porque la balacera continuaba.


    Los malos se habían echado al monte cuando ya no pudieron avanzar y se vieron en desventaja en el enfrentamiento.


    Casi 18 horas habían transcurrido de su captura, cuando se dio el rescate.


    El clima cálido debió abrazar su cuerpo para devolverle la temperatura y el alma, aunque los balazos sustituyeran el canto de los insectos nocturnos.


    No hubo detenidos, pero en el vehículo abandonado quedaron armas “y otras cosas”.


    La escena la narró el mismo Marcos Miranda a Luis Ramírez Baqueiro, para el noticiero “En conctacto”.


    ¿Cómo empezó todo?


    “Aquí, exactamente enfrente de mi casa, a dos casas, tres casas, ahí fue donde me interceptan 4 vehículos, me chocan la unidad… la unidad no le sirve la dirección hidráulica, la puerta… en fin…”, recuerda Marmiko.


    Sus palabras muestran las imágenes que se forman en su mente, devolviéndolo al momento de la substracción:


    “Yo llevaba a mi hija. Inmediatamente me salgo y levanto las manos y les digo; llévenme a mí, pero a mí hija no”.


    Y así lo hicieron: “me suben a la camioneta, a un coche, perdón”.


    Y la niña se queda ahí, llorando, por la violencia que le toca ver, porque ve que se llevan a su papá.


    Pero, “a Dios gracias enseguida salió mi esposa, las vecinas, y se hicieron cargo de ella”, cuenta Marmiko.


    “Pues ya, me… me llevan a una casa de seguridad donde estuve hasta el día de ayer ahí metido, desnudo, en un cuarto con clima a todo lo que da y las vejaciones que ya sabes que le hacen a uno ahí adentro”, le cuenta a Ramírez Baqueiro, mientras baja la velocidad de las palabras, para que no salga junto con ellas el sentimiento atorado.


    ¿Y porqué fue el secuestro?.


    “Nada más me dijeron que eso me pasaba por chismoso”.


    Pero luego los malos, los captores, cambiaron la versión y “ya después cuando me dijeron que me iban a liberar, que me habían perdonado. Me dijeron que había sido una confusión, y que por eso me iban a liberar”.


    Pero Marmiko tiene la sensación de que pensaban liberarlo: “pero no, si ya me llevaban a un terreno de terracería es porque ya me iban a ejecutar…”


    En ese camino de terracería que debió ser iluminado tenuemente por una luna en cuarto creciente, el sonido de las balas debió llevar un significado terrible, que terminó en algo inesperado: “si no es porque las patrullas ven esa acción ilegal, de un carro, a esa hora, en un campo de terracería, no sé dónde estaría yo ahorita… estarían velando mi cuerpo”.


    Después del rescate a Marcos Miranda lo llevaron al c5 de Boca del Río (el Centro Estatal de Control, Comando, Comunicaciones, Cómputo, Contacto Ciudadano e Inteligencia, pues) y estaba ahí Hugo Gutiérrez Maldonado, el secretario de Seguridad Pública, “al cual le agradecí, independientemente de las diferencias que tenga con su actuar y su proceder como funcionario”.


    Después de eso lo comunicaron con el gobernador, a esa hora, e “independientemente de que no coincida con su manera de gobernar, le agradecí, le dí las gracias, y ya me dijo que iba a hacer todo por resguardar mi seguridad física y la de mi familia; le agradecí, como ser humano, como persona, que estuviera al pendiente de la situación, aunque no coincida con su manera de gobernar”.


    ¿Y la Fiscalía te dio apoyo?, preguntó Luis Ramírez.


    “Todos”, contestó Marcos Miranda: “Después de que fui rescatado y eso, sabes que tuve que pasar por control médico, luego ir a declarar”.


    La seguridad prometida amaneció frente a su casa: “En este momento tengo dos camionetas de seguridad pública, con cuatro elementos cada una.


    La intención de Marcos Miranda es que toda su familia tenga protección: “Le voy a dar seguridad a mis hijos y a mí mujer, porque aparte me dieron santo y seña de cada uno de mis hijos, a donde van, me dijeron que se iban a desquitar con mi familia”.


    Marcos Miranda ya está en casa.


    Ahora deben ser capturados esos secuestradores que se lo llevaron “por chismoso”, por que eso es una amenaza a la labor informativa.

     
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