Hace apenas una semana, el 11 de junio, el abogado Javier Coello Trejo aclaró que su cliente Emilio Lozoya Austin (hoy prófugo de la justicia por incurrir, presuntamente, en actos de corrupción cuando fue director de Pemex) “no tomaba decisiones en solitario”.
La declaración fue tomada como un mensaje del exfuncionario federal para quien fuera su jefe, Enrique Peña Nieto.
Este martes trascendió que el expresidente es investigado por autoridades de Estados Unidos por un presunto soborno en la compra-venta de Fertinal, realizada por Petróleos Mexicanos en 2015.
De acuerdo con documentación entregada por un “informante”, Peña Nieto recibió un soborno por “autorizar” la compra de la empresa privada con un sobreprecio que dañó el patrimonio de la petrolera y al erario.
Ya sin el apoyo de la gigantesca estructura que lo respaldaba desde el gobierno federal, Enrique Peña Nieto recurrió a sus propias redes sociales y a través de Twitter negó las acusaciones en su contra.
Señaló que no es la primera vez que pretenden inculparlo “de mala fe y sin fundamentos”.
Cuando se refería a que no era la primera vez que era señalado de presuntos actos de corrupción, con seguridad Enrique Peña Nieto estaba haciendo referencia a aquel sonado caso llamado “la casa blanca”, en el que se demostró que su esposa, Angélica Rivera, había sido beneficiada por uno de los más importantes contratitstas de la administración federal.
Frente a esas acusaciones, el entonces Presidente de México “le ordenó” al secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade (su subalterno) que lo investigara. La resolución no podía ser otra.
A pesar de que se demostró que Grupo Higa obtuvo 22 contratos con el gobierno federal y fue la empresa que le vendió la residencia a Angélica Rivera, la Secretaría de la Función Pública (SFP) concluyó que no existió conflicto de interés por parte de Enrique Peña Nieto, “pues en dichas adjudicaciones no participó el mandatario, ni había tomado posesión como presidente cuando se adquirió el referido inmueble”.
“Las relaciones personales no están prohibidas… el conflicto de interés no se materializa con la amistad“, afirmó Virgilio Andrade.
Este martes, acá en la aldea, la titular de la Contraloría General del Estado, Leslie Garibo Puga (subalterna del gobernador Cuitláhuac García) dio a conocer que “tras investigar posibles actos de nepotismo cometidos por el gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez… se puede descartar que el mandatario incurra en este delito”.
La contralora fue específica al señalar que la investigación se enfocó en revisar el caso de Eleazar Guerrero Pérez, para determinar si tenía parentesco con el gobernador, “lo que se puede descartar con la revisión hecha por la Contraloría”.
Leslie Garibo utilizó el mismo argumento simplista y falaz de su jefe: que no coincidían en los apellidos y, por lo tanto, no eran parientes.
Pero agregó otro dato: Eleazar Guerrero “ni siquiera es de Veracruz”.
¿Alguien esperaba que esa “investigación” arrojara un resultado distinto?
El Jefe jamás se equivoca.
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Epílogo.
Faltaban unos minutos para las 8 de la mañana, cuando un jovencito de apenas 13 años de edad fue secuestrado por un grupo armado que interceptó el taxi en el qu se dirigía a su escuela. Estos hechos ocurrieron en el municipio de Cuitláhuac. *** De inmediato se dio aviso a la policía que montó un intenso operativo en la zona, bloqueando los caminos vecinales y con el apoyo de un helicóptero. Como consecuencia de esta movilización, los presuntos secuestradores optaron por dejar al menor abandonado en el interior del taxi que utilizaron para el secuestro, y darse a la fuga. *** También hay que contar las cosas buenas.
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