“Cuando no se piensa lo que se dice, es cuando se dice lo que se piensa”
- Ultima de tres partes -
Los políticos no deben ni pueden retirarse de la política, como tampoco lo puede hacer el poeta en su inspiración a la mujer o el músico cuando abandona el contacto con las melodías. De acuerdo estamos que el político es quien se dedica y se especializa en las relaciones del hombre con su comunidad, con su pueblo, con su gente.
Viene este comentario después de que sostuvimos una interesante y amena charla con el experimentado político priista, Ernesto Alarcón Trujillo y los colegas de Periodistas Unidos, Genaro Moreno, Julio Contreras y Raúl Galván…apenas el viernes próximo pasado en Guarumbo, Teocelo.
Ernesto, el amigo, permaneció discreto en su posición reconociendo que tendrá un trabajo durísimo como delegado del PRI en este distrito y el de Huatusco. Las aportaciones y opiniones en pro y en contra del PRI, las sostuvimos, como la actuación de los morenistas en el poder en la presidencia de México y en Veracruz…
Musitar ya no se vale, son necesarias las acciones y como titulamos, el PRI debe dedicarse a tapar los hoyos y calmar las tempestades que han ocasionado sus derrotas. Para lograrlo, reza el librito, debe contar con un Capitán valeroso e íntegro, sin soberbias y sin rencores…no puede ser dirigente del PRI - bueno, de ningún partido - quienes se marean en un vaso de agua y cargan con la amnesia, en estos momentos difíciles para los priistas cuando lo que necesitan es un suspiro de alivio.
Casi un manual para lograr recuperar la credibilidad, primero, en su propia militancia, en donde se encierra la fe, confianza y la conciencia, con la humildad de sus dirigentes para ofrecerles perdón sin angustias y sin mitos protectores, sabiendo que el PRI aún guarda lo que en la política se llama mecanismos, propios y reiterados, olvidando la vieja práctica de la histeria vanidosa y exhibicionista. Está por demás mencionar que la nueva dirigencia en Veracruz, está en la humilde posición de desvanecer antipatías y granjear la compenetración fijando sus intereses y estableciendo los nuevos objetivos de lucha, permanente y confiable.
Riesgoso será aplicarse como un partido con orgullo propio. No necesita el PRI piedad de nadie. Será trabajo y lucha constante. Es por dignidad y erróneamente se comenta que las siglas del Revolucionario Institucional deben ser relevadas, cambiarlas en su tercera ocasión en su larga historia de más de 80 años, como si cambiarle el nombre a un naranjo nos dará otro fruto o a una palmera para arrojar ciruelas.
El PRI debe, entre otras delicadas cuestiones, olvidarse del tapadismo de Avila Camacho y el cesarismo mexicano de Miguel Alemán Valdés, ahora los tiempos reclaman consultas a la militancia, designaciones honestas y eficaces en donde los priistas que ya probaron el poder, deben ser agradecidos con su partido y dejarse de recibir solo adulaciones, ahora será militancia exigente que encontrará en la oscuridad un poco de luz, cambiando las razones por los aplausos…ahora vacíos.
El PRI como los otros institutos políticos, tiene sus estatutos y condiciones, no son malos. Los perversos resultan algunos funcionarios, como el caso de Javier Duarte, un alevoso destructor de su partido y los pueblos, que se sepa, no olvidan su historia, no rompen con ella.
El clásico exordio del PRI debe aplicarse, convenciendo y demostrando, aplicando la mayéutica sin llegar a la ironía socrática pero si a la dialéctica…su presente no es como el ayer con campañas copiosas y expresivas…el mañana es incierto, quizás mejorando en su interior si evita las discolerías escandalosas y de intereses de grupo, aplicándose en la diferencia de una democracia y calidad a una demagogia y cantidad.
Concluimos esta tercera parte mencionando con la honestidad que caracteriza a este espacio, como se comentaba con el amigo Ernesto Alarcón Trujillo, apenas el viernes, hace tres días…se acabará el desastre priista cuando los viejos andropáusicos se alejen y si acaso sugieran algo, desde lejitos, cuando los aspirantes descarriados lo abandonen por ellos mismos porque lograron el suicidio del PRI, ahora toca revivirlo.
Don Porfirio Díaz envejeció y se acabó. Perpetuado en el poder persiguió a sus opositores, algo parecido en los gobiernos priistas, comparando a la praxis del PRI, viejo estilo priista al que el mismo Andrés Manuel López Obrador responsabiliza de los malos gobiernos y olvidando que del PRI aprendió sobradamente y su ascenso en la política ha sido de la mano de los viejos priistas, a quienes denosta pero los imita.
Tarea difícil, jamás imposible, trataría de decir el amigo Ernesto Alarcón.
CONFIANZA ciudadana en sus autoridades municipales de Coatepec, con la presencia de la Guardia Nacional y lo notamos en la misma ciudadanía, en el centro de este Pueblo Mágico, en las colonias y en las empresas, comercios y calles populares, agradeciendo al alcalde Enrique Fernández Peredo, el cumplimiento que hizo a la petición de su pueblo…correcto. |