Fue tal el coraje del Presidente López Obrador cuando le comentaron la diferencia tuitera entre Martí Batres y Ricardo Monreal, que antes de salir a La Mañanera de rigor, (donde sabía era tema obligado), pidió le hicieran un par de enlaces telefónicos con los Senadores en disputa.
A los dos les llamó la atención; les dijo que estaba decepcionado por su falta de tacto político. En ambos casos fue casi un monólogo de cuando mucho tres minutos de duración. Les echó en cara que le habían prometido prudencia, trabajar juntos, buscar convivir en paz, y ocurrió todo lo contrario.
Lo de Monreal y Batres era cuestión de tiempo. El primero llegó herido al Senado cuando ya se veía en el cargo de Claudia Sheinbaum. Dicen que cuando la encuesta de Morena para la candidatura al Gobierno de la CDMX no le favoreció, el ex gobernador de Zacatecas encolerizó tanto con AMLO, que estuvo a punto de aceptar la propuesta de otro partido para aparecer en la boleta, “y combatir a Claudia”.
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Me cuentan que en la breve llamada que sostuvieron, Monreal le dijo a AMLO que si había alguien en el Senado fiel a sus ideales (desde mucho antes de la creación de Morena), era él, y que si la votación no había favorecido a Batres no era su obra, “sino la del propio Martí, pues generó enemistades entre los compañeros”.
Me dicen que Batres dijo al Presidente, en los tres escasos minutos de la conferencia telefónica, que Monreal había actuado de manera desleal y golpista, “a la mera usanza de los conservadores”. Insistió en que tanto Yeidckol Polevsky como el propio Porfirio Muñoz Ledo lo respaldaban. “Monreal quiere dominar todo en el Senado, tanto la coordinación como la Mesa Directiva, es un faccioso”, dijo.
El Presidente le alzó la voz a los dos por igual. Me comparten que no dio la razón a ninguno de los rijosos, pero reclamó a Batres haber hecho “demasiado público” el conflicto. “La ropa debió lavarse en casa, de manera privada, y no a los cuatro vientos, tengas o no tengas razón en lo ocurrido”.
Posterior a estas llamadas, AMLO dijo en La Mañanera, sobre el conflicto Monreal-Batres, que “no son los cargos los que deben importar, pues el político tradicional, el que está pensando cómo colarse, no ayuda en nada y no tiene futuro. El pueblo de México sabe quién habla con la verdad, y quién es un trepador, un oportunista y un politiquero”.
Tanto Monreal como Batres suscribieron esas palabras como un “espaldarazo” a su postura. La verdad es que ambos saben para quién eran esas oraciones. “AMLO regañó más a Martí que a Ricardo vía telefónica, lo cual no significa, en lo absoluto, que sea el que peor quedó en el ánimo del Presidente”, me dijeron.
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