Así que por más que se publicite, su mala fama es más que elocuente y ha permeado el colectivo imaginario de la sociedad veracruzana.
Quién sabe hasta dónde lo vayan a dejar avanzar, pero si lograra colarse en la terna final sería un error garrafal de los diputados que integran la Comisión de Vigilancia ya que generarían serias sospechas que desacreditarían el proceso legislativo, pues se trata de un personaje muy cuestionado que al menos no ha explicado lo suficiente sus aciertos —si es que los tuvo— en el servicio público.
Además, con mucha astucia, desde 2005 ha venido creando despachos contables, como empresas familiares, para lucrar y ejercer presión a los diversos entes públicos.
El 20 de mayo de ese año creó el Despacho Contadores y Abogados Corporativos S. C., cuya representante legal es Dolores Jacqueline Oropeza Martínez pero como socios figuran sus hermanos María Eugenia y Emmanuel Vázquez Jiménez, actual contralor del ORFIS.
El 09 de febrero de 2011 constituyó el Corporativo CAREMM S.A. de C.V., en el que figuran, también, el mismo par de hermanos. Otros socios son: Delia Janeth Bautista Aparicio, Enrique Ávila Portilla, María de los Ángeles Navarrete Valencia y Adela Cecilia del Carmen García.
Y el 16 de abril de 2007 creó la Consultoría Corporativa del Golfo S.A. de C.V., con Julio Vázquez Juárez y Silvia Patricia Sánchez Huber, colocando como Comisario a Heber Johanan Balán Cáceres y en Pleitos y Cobranzas a su hermana María Eugenia Vázquez Jiménez, quien también fungía como representante legal.
¿Se imaginan si nombraran a Sergio Vázquez Auditor General del ORFIS? Llegaría, naturalmente, a despacharse con la cuchara grande y no a servir a los veracruzanos, como ese puesto lo exige.
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