Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció un acuerdo con gobiernos estatales y municipales para dar mejores salarios y condiciones laborales a los policías del país.
Pero los policías federales no están en el paraíso en materia de salarios, precisamente los que son asignados al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, deben no sólo tener un salario especial sino prestaciones muy diferentes al resto de los federales que requieren fusionarse con una forma de vida; sin embargo, los problemas económicos de estos policías pueden llegar a alterar sus responsabilidades.
Con preocupaciones económicas no pueden concentrarse en su trabajo ni los policías, ni los médicos, ni los profesores. Esto debe quedar muy claro.
El Presidente anunció que la intención de su administración es dignificar la labor policial de todo México, y reconocer a los buenos efectivos por su arduo trabajo a favor de la paz y la seguridad.
La paz y seguridad se fincan en la integridad de la población, y es por ello que, si en realidad le interesa a la actual administración proteger a gremios amenazados y agredidos, debe conocer primero las condiciones de quienes se encargan de cuidar que su vida y actividad estén a salvo.
El promedio de salario nacional de policías es de 13 mil 187 pesos mensuales, pero algunas entidades pagan un salario muy por debajo de ello. En el fondo de la tabla se encuentra Tabasco, la tierra del Presidente, con 6 mil 331 pesos mensuales, seguido por Oaxaca (8 mil 598 pesos), Baja California Sur (9 mil 250 pesos), Tlaxcala (9 mil 445 pesos) y CDMX (9 mil 885 pesos).
La seguridad de los mexicanos está asentada en la vulnerabilidad económica de quienes los protegen. Esto debe investigarse a fondo y revisarse incluso, caso por caso. Porque dentro de este proceso de conocer a fondo la realidad de los policías, debe estar la dignidad de los que han sido maltratados por el gobierno, despreciados por la población y asesinados por los delincuentes.
Desde la opinión pública las críticas a este gremio caen en la falta de nacionalismo y hasta en la traición, al decir de algunos grupos que piden policías extranjeros en problemas mexicanos, como si en esos países no hubiera delincuencia.
El policía debe caminar al lado de todos los mexicanos y sus familias, porque ellos también son mexicanos y tienen familia. Hermanarse con la población ante el enemigo común que es la delincuencia. PEGA Y CORRE. - Continúa la violencia en los estados gobernados por el PAN, ahora fue en Irapuato, Guanajuato, donde ocurrió un enfrentamiento entre la Guardia Nacional y hombres armados con un saldo de ocho muertos, entre ellos un uniformado. Es el estado más violento del país, le sigue Tamaulipas, también gobernado por el PAN, y luego Chihuahua, y Quintana Roo, todos con gobernadores blanquiazules... Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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