Al menos dos temas han generado fuertes críticas al gobierno federal y le han dado a los enemigos de AMLO un auténtico banquete político y mediático.
Primero lo chamaquearon con el caso del T-MEC, pasándole de humo el tema de los supervisores en materia laboral. No habían pasado 24 horas de la firma del adendum modificatorio en Palacio Nacional, cuando le dieron con todo por distraído.
Apenas está saliendo de esa y se mete en el embrollo con Bolivia, qué más allá de las ideologías y las maneras de entender las relaciones exteriores, no ha sabido manejarlo y se le ha salido de las manos.
Lento, no supo ver más allá y sin agua va, el gobierno boliviano le expulsa a la Embajadora.
Solo atinó a llamarla a nuestro país para su “protección “. Bueno, aunque no la llamara, de todos modos no se podía quedar allá. Mientras solo eso atinó a hacer, España, de inmediato, expulsó a tres funcionarios bolivianos en su país en represalia a lo que consideró un acto injusto.
¿Qué le pasa a Marcelo? ¿Perdió la brújula? ¿ Le están metiendo el pie para darle un estate quieto?
El asunto es que sus descuidos están haciendo de México nota internacional y del Presidente un festín para sus enemigos.
Marcelo tiene la obligación de cuidar al Presidente y a las y a los mexicanos.
Marcelo no puede ni debe distraerse en otros sueños, debe servir con responsabilidad y lealtad.
Veremos si puede con Bolivia o tendrá que intervenir el Presidente para enderezarle la plana. |