En el 2000 Andrés Manuel López Obrador que no nació en el Distrito Federal ni cumplía con la residencia de cinco años en el Distrito Federal, compitió y ganó la jefatura de gobierno de la Ciudad Capital.
En este bendito país la Constitución dirá una cosa, pero si quien manda dice otra, pues con la pena por la Carta Magna. Y en el 2000 quien mandaba era el priista Ernesto Zedillo que dio su aval para que el perredista López Obrador compitiera por el DF.
Filiberto agrega que “Una versión que fue tomando fuerza en fechas recientes, refería que Rocío Nahle (sin discusión la más cercana y de mayor influencia con el Presidente) estaría impulsando la salida anticipada de Cuitláhuac García del gobierno de Veracruz, y la designación, como gobernador sustituto, de Ricardo Ahued”.
Vargas Rodríguez recoge lo que oyó en los pasillos de los gobiernos de Morena que dicen que si eso sucediera, Rocío se estaría librando de quien será sin duda su más fuerte competidor por la candidatura en el 2024 y, reconociéndole sus capacidades, la secretaria de Energía asume que con Ahued la gestión estatal mejoraría y ella encontraría condiciones más favorables para conseguir que los veracruzanos apuesten una vez más por un gobierno de Morena. (Hasta ahí lo que dice el periodista).
Es decir, Roció quiere tomar a Ricardo como trampolín para lograr su anhelo.
De que con Ahued mejoraría la gestión estatal no hay ninguna duda. Pero que Rocío vaya por la gubernatura en 2024 está más en chino de lo que piensa la propia zacatecana y van las razones: La única zona en la que tiene presencia es en la zona sur, concretamente en Coatzacoalcos y en Minatitlán gobernados por alcaldes de Morena que han sacado pésimas calificaciones.
Se sabe que fue ella quien trajo desde Baja California para enquistarlo en la Secretaría de Gobierno al malquerido y repudiado Eric Patrocinio Cisneros. Y eso se lo van a echar en cara en cada municipio, congregación y ranchería cuando ande en campaña. Claro, en el hipotético caso de que sea candidata.
La refinería de Dos Bocas puede convertirse en su Waterloo porque fue ella la que le vendió la idea al presidente. Una idea tan inviable que no le quisieron entrar tres consorcios internacionales que fueron invitados a la licitación. Dos Bocas no va a quedar pero ni con mucho, como la imagina el presidente y Rocío lo sabe, así que aguas.
Otra más, como Secretaria de Energía ¿qué ha hecho por Veracruz y los veracruzanos?
Por mucho que sea el acercamiento que tenga con López Obrador, éste buscará como candidato de Morena alguien que le asegure el triunfo y el único que se avizora en el horizonte es Ricardo Ahued.
Pero Ricardo no iría solo.
Si acepta la candidatura se haría acompañar de su amigo y hombre de confianza, el senador Ernesto Pérez Astorga con quien construiría una dupla realmente fuerte. Ernesto se ha granjeado no sólo la confianza de los empresarios (él también lo es), sino de miles de veracruzanos que se han visto beneficiados por su labor en la Cámara Alta. En los pocos meses que lleva en el cargo de senador ha hecho un papel relevante porque es conciliador, sabe escuchar y es un excelente gestor.
A Pérez Astorga también le ven espolones para la alcaldía de Xalapa y en este sentido, sería el único gallo de peso capaz de echarse a la bolsa el voto de quienes juran que no volverán a votar en las municipales por Morena, debido al pésimo trabajo del alcalde Hipólito Rodríguez.
Es decir, Rocío Nahle no la tendrá nada fácil en su entidad de adopción y lo mejor será que piense en su natal Zacatecas si quiere seguir aspirando a ser gobernadora.
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