La Secretaría de la Función Pública a cargo de la Dra. Irma Eréndira Sandoval está cortante como navaja de barbero en contra de todo aquello que huela a corrupción. Al parecer no importa que sean MORENOS o no Morenos, pero si se trata de gobiernos anteriores, pues con mucho más ganas… ¡Cómo debió ser y no fue!

Uno de los primeros arponazos que Irma Eréndira le atizó al pasado tiene que ver con la Autopista Amozoc-Libramiento de Perote, tramo que el expresidente Enrique Peña Nieto quiso pero no pudo inaugurar a pesar de que en varias ocasiones anunció que lo haría por ser parte de la conexión de la ruta del Golfo que llegaría desde Tuxpan al Puerto de Veracruz.

A la fecha y después de que esta obra fue concesionada desde el 2004 no se ha terminado de construir.

Irma Eréndira y su equipo de trabajo deben haberle puesto lupa a esta Concesión en la que detectaron un sobrecosto injustificado de mil 400 millones de pesos y una serie de vicios. En esta Concesión hubo, según observó Irma Eréndira, vicios en la contratación, errores constructivos y escaladas de costos injustificables: toda una cadena de corrupción y encubrimiento oficial que debió darse desde las alturas de la SCT.

Se preguntará por qué Irma Eréndira le puso tanto cuidado a esta obra que en realidad no pinta en los montos multimillonarios de las obras que se manejaron en los sexenios pasados. Tal vez la razón sea que la concesión fue otorgada a la empresa OHL en la que se involucra a Valentín Diez Morodo, uno de los hombres más ricos de México y España, beneficiado con obras millonarias por Enrique Peña Nieto desde que fue gobernador del Estado de México.

Ese es el objetivo, la 4T busca cualquier liga o acto de corrupción mediante el cual encarcelar a Peña Nieto. Y no van a parar, aunque AMLO haya jurado y perjurado que no iría en contra de los ex presidentes. Ellos saben que con esta autopista que pisa suelo veracruzano en 60 kilómetros se pueden llevar varios peces gordos, pues fue concesionada desde el año 2003.

Esta obra huele a azufre y podría ser un infiernillo.