Un hecho que causó enojo en la comunidad médica es el despido arbitrario del director del Instituto de Neurología, investigador, reconocido a nivel internacional por sus aportaciones a la cura de enfermedades neurológicas. Lo acusaron de generar la escasez de la que en realidad es víctima. La causa real de su despido fue su oposición a las condiciones que pretende imponer el gobierno al Instituto y su denuncia de la falta de recursos para comprar medicinas e instrumental.
Ese despido causó malestar en la comunidad médica. Ya circula en redes sociales un llamado a un paro de doctores al que titularon “un día sin médicos”.
Hasta ahora los altos funcionarios del gobierno federal más que resolver el problema de la escasez lo han agravado, al considerar enemigos del régimen a quien difiere o cuestiona alguna de sus decisiones.
Esa posición, además de generar descontento en la comunidad médica, lo crea en miles de pacientes de los hospitales, a quienes no les entregan las medicinas que necesitan por falta de dinero, mientras el gobierno destina innecesariamente cientos de millones en la construcción de un aeropuerto en Santa Lucía, que de haber permitido que los empresarios privados terminaran el de Texcoco, se hubieran utilizado esos recursos fiscales en la compra de medicinas en el sector salud.
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