Cierto es que la soberbia es un ingrediente ontológico del ser, pero usted señor presidente, abusa. Déjese de las amenazas a los oficiales de Protección Civil. El tiempo dará la razón y demostrará que está completamente equivocado en sus fatales decisiones y la divinidad que se considera dentro de año y medio estará pisoteada y maldecida.
Usted señor presidente aún tiene escasos amigos, entendiendo que los poderosos de temporada cambian a sus amigos y prefieren a los que le aterciopelan las orejas y escuchan la engañosa voz de los aduladores…lo lamentable señor alcalde que le están produciendo ceguera. Debe entender a los dos años y tres meses de su mandato municipal, que nadie escapa a la adulación y usted dentro de la ignorancia confunde el cargo que ostenta con el personalismo.
Ojalá en estos 21 meses que le quedan, no solamente los aproveche para asegurar su vida futura, encuentre el camino de las ideas dentro del equilibrio interior, sin pretender ser franciscano logre el premio a sus nobles acciones, recordando amigo Enrique que:
La soberbia y la vanidad empujan y alientan, pero el desprecio aplasta.
El traidor está cerca de usted.
Por cierto, su investigador Jaime Ronzón, se descubrió solito por bocón.
Buena noche. |