Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública publicó este emotivo mensaje: “Condenamos el cobarde ataque a la periodista María Elena Ferral… Se le brinda la atención médica necesaria. Nuestra solidaridad y completo apoyo a familiares, colegas y amigos. Desde la SSP coadyuvamos con la Fiscalía General del Estado para dar con los responsables de este reprobable hecho”.
Si no fueran tan ineptos en una de esas hasta se les creería.
¿Quién atentó contra María Elena? Esa pregunta la tendrán que contestar las autoridades si es que no echan la investigación al cajón de olvido.
A lo largo de su carrera la combativa periodista había recibido amenazas de muerte principalmente de políticos de aquella zona. Una de esas amenazas la convirtió en denuncia.
En abril del 2016 denunció ante FGE al ex alcalde de Coyutla y ex diputado local Basilio Picazo Pérez: “Yo estaba en un restaurante de Papantla y dejé comiendo a mis hijos cuando Basilio llegó acompañado de su esposa, con su hijo y empezó a decir que me haría daño, que ya me dejó vivir mucho tiempo y que me desaparecería en estos días, delante de su esposa y un niño de nueve años” manifestó en aquella ocasión.
Pero nada le pasó a Basilio que quizá en agradecimiento al Señor de Palacio de Gobierno, en septiembre del 2017 y en la plenitud del poder de Miguel Ángel Yunes Linares, mandó al diablo al PRI partido por el que ganó una curul y se fue a la bancada del PAN.
A las 3:47 de la tarde, el gobierno del Estado emitió este comunicado: Al igual que con el lamentable asesinato del periodista en Actopan, en que no solamente se dio con los responsables sino también con el autor intelectual, la gravísima agresión a la periodista Maria Elena Ferral, se investigará a fondo. Reiteramos enérgicamente que en Veracruz se acabó la impunidad y que nadie está por encima de la Ley.
Pero al darse cuenta del error porque María Elena seguía viva, el gobernador escribió 18 minutos después, a las 16:05 horas: Lamento mucho que en estos momentos que estamos tratando de salvarle la vida a la periodista María Elena Ferral, algunos de sus colegas ya la hayan dado por muerta en sus “noticias”. ¿Tanto mal le desean a la gente con tal de tener la oportunidad de golpear a un gobierno?
Ni cómo ayudarlo al pobre.
En lugar de correr al responsable de la barrabasada que de seguro fue alguien de su círculo cercano, a Cuitláhuac se le hizo fácil culpar a los periodistas. Si bien es cierto que todo periodista debe confirmar un hecho, con más razón quienes están cerca del gobernador.
María Elena Ferral murió la tarde noche de este lunes en Poza Rica, en el hospital regional donde fue internada en terapia intensiva y nadie está golpeando al gobierno de Cuitláhuac. No hay necesidad, el propio gobernador se golpea todos los días con sus lamentables desatinos. Y este asesinato devalúa más a su devaluado gobierno.
Lo que se exige es justicia, pero justicia de verdad, no sólo para la compañera asesinada, sino para los más de 20 periodistas que han sido privados de la vida de 15 años a la fecha, en un estado donde ejercer este oficio es de altísimo riesgo y además, porque cuando matan a un periodista todos los gobernadores sin excepción apuestan al olvido.
Hasta siempre, María Elena.
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