Ella tiene miedo, a pesar de su profesión. Se toma la temperatura, su presión, sus signos vitales, se monitorea todos los días. Teme que se le compliquen los síntomas, le dé fiebre, tenga dificultad para respirar y sea trasladada a un hospital donde como anestesista conoce todos los pasos de la intubación.
Me dice que no quiere estresarse, pues cuando tienes Covid19, anímicamente debes estar al 100, ser positiva, alimentarte y dormir bien y sobre todo reforzar su sistema inmunológico. Por ello ha dejado de ver noticias, las redes sociales, pues siempre magnifican lo malo y dejan de lado las cosas positivas.
Ella se ha aislado en casa, aunque desde principios de marzo ya lo hacía. Llegaba del hospital y seguía el ritual de cambiarse de ropa, meterla a lavar de inmediato, poner una jerga con cloro para desinfectar sus zapatos, lavarse las manos y hasta meterse a bañar, todo con tal de no contagiar a mi madre y mi sobrino que están con ella.
Incluso llegaba del trabajo y aunque su hijo de 7 años quería estar con ella, guardaban la sana distancia desde antes, aunque doliera no abrazar a tus seres queridos.
Hoy es su sexto día aislada en su casa, en un cuarto de nueve metros cuadrados, y ha respondido bien al medicamento que le han recetado por 5 días, además de tomar cuatro litros de agua diariamente.
La cuida mi madre, ella sí dentro del grupo de riesgo, pero que hasta el momento no ha desarrollado ningún síntoma de haberse infectado de Covid 19, al igual que mi sobrino.
¿No les han hecho la prueba a tu mamá y a tu sobrino? Me preguntan. Si no tienen ningún síntoma no es necesario me dice mi hermana.
A veces la incertidumbre, el miedo a lo desconocido, algunos medios de comunicación y las redes sociales hacen que nuestro cuerpo se focalice y llene de estrés. Es importante que también compartamos cosas positivas y buenas noticias, ¡ah! y sobre todo mantener el buen humor, tan escaso en tiempos de Coronavirus.
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