El crecimiento del contagio en Veracruz es exponencial si se considera que al 19 de julio -en plena tercera fase- las autoridades sanitarias reportaban la extensión de la pandemia a 100 municipios mientras este fin de semana se extendía la pandemia a 172 los municipios.
A ello se suma el apresuramiento de las autoridades al invitar a salir a la población desde el pasado primero de junio dando lugar al rebrote del Covid-19.
Otro dato que muestra la incapacidad de las autoridades sanitarias es que hasta la fecha se desconoce se haya realizado pruebas médicas para detectar el coronavirus y las escasas clínicas de salud particulares y hospitales privados mantienen en reserva sus resultados que solo entregan a sus clientes.
El Secretario de Salud, Roberto Ramos Alor dejó de aparecer ante la opinión pública veracruzana dejando tamaña responsabilidad a la encargada de Epidemiología, Dulce María Espejo quien solo confunde a la opinión pública.
Anoche dio cuenta que se registraron 49 nuevos contagios a los que se suma el municipio de Alto Lucero. No da cuenta, sin embargo, de las medidas preventivas digamos en dos municipios con alta infección como Veracruz y Xalapa, ni reconoce el regreso al “Semáforo Rojo” del que ayer dio cuenta la Secretaría de Salud de la ciudad de México.
En ambas ciudades la población de plano decidió salirse a la calle para reanudar sus actividades laborales. Lo hacen, en la mayoría de los casos, sin protección alguna, ni la orientación medica adecuada ya que los canales de información no existen.
La gente se entera de trasmano y por las redes sociales mas no por los canales oficiales.
Y en lo que corresponde a las autoridades policiacas de plano se abandonaron a las restricciones a la ciudadanía en la vía pública al permitir que áreas confinadas sean invadidas por la gente e incluso por menores de edad en parques y jardines.
Por ello se regresa al “Semáforo Rojo” a Veracruz.
Se retorna a la alerta máxima para observar -acaso de manera tardía- los dos mil 900 casos sospechosos en 143 municipios.
Infortunadamente, como es el caso de la capital del estado, al igual que en Coatepec, Veracruz y Boca del Río -en donde ya abrieron los hoteles-, no hay autoridad que ponga orden.
La Secretaría de Salud estatal está rebasada.
Y centros de atención hospitalaria improvisados, como el Velódromo de Xalapa, con 36 camas, solo son escenográficos.
Ese es el censurable saldo que nos deja la 4T que insiste en que la pandemia está domada, que la curva se aplanó y que a chuchita la bolsearon.
Tiempo al tiempo.
*El autor es Premio Nacional de Periodismo |