El discurso del Presidente tiende a agotarse y las primeras grietas de su gobierno y su “cuarta transformación” ya se asoman.
Sin embargo, estas fallas en su mensaje se están haciendo evidentes donde menos lo esperaba: entre sus huestes, en las filas de sus “servidores de la nación”.
Ahí, entre sus operadores, están surgiendo las primeras expresiones de rebeldía, los más evidentes actos de indisciplina y, por lo tanto, esos frentes comienzan a desmoronarse.
Así como Gerardo Fernández Noroña se rebeló abiertamente a una instrucción del Presidente -“Hay que respetar la legalidad (…) Si está establecido de que para el tercer año es quien obtuvo el tercer sitio, así debe ser y se debe de respetar”-, así en los estados los llamados “superdelegados” desafían también una instrucción directa de su jefe político, quien explicó cuáles eran las reglas que les había dejado bien claras a sus representantes en las entidades federativas:
“Ayer volví a hablar de lo mismo, porque está en proceso de haber elecciones en Morena y volví a plantear que nosotros no podemos involucrarnos en asuntos internos, ni de Morena ni de ningún partido”.
Sin embargo, al menos en Veracruz, las palabras del Presidente se esfumaron con el primer viento del norte.
El periódico El Universal publicó en su columna Kiosko:
“Superdelegado jarocho busca ser la ‘mano santa’. Desde la aldea veracruzana, nos confían que, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador había dicho que ninguno de los superdelegados en los estados metería las manos en Morena, don Manuel Huerta ya tiene toda la batería enfilada para apoyar al diputado federal Mario Delgado en el proceso de selección de la nueva dirigencia nacional del partido. El de los programas del Bienestar en Veracruz, nos dicen, se olvidó de sus votos y mandó a sus huestes a la carga, como al diputado federal Jaime Humberto Pérez (Morena), conocido como alfil del delegado y su gallo a la dirigencia estatal del partido. Bien dicen por ahí que entre gitanos no se leen las cartas”.
Y ese no ha sido el único acto de rebeldía por parte de Manuel Huerta Ladrón de Guevara.
De manera por demás burda el superdelegado veracruzano fue construyendo las candidaturas de sus colaboradores. Los mandó a sus distritos y municipios a repartir los recursos federales que se hacen llegar a la población, y en vísperas de que vencieran los plazos de la Ley Electoral, les aceptó su “renuncia” al cargo, para que fueran en pos de cargos de elección popular, cargando en sus alforjas recursos, padrones y compromisos construidos a partir de los programnas asistenciales de “Bienestar”.
¿Ejemplos?
Rosa María Hernández Espejo, coordinadora de Programas Federales, quien busca una candidatura por el puerto de Veracruz, y Gustavo Moreno Ramos, que estaba al frente de las Becas Benito Juárez y fue enviado a la caza de un cargo de elección popular por Misantla.
Para colmo, en este último caso el “superdelegado” cometió la osadía de cubrir el espacio dejado por el exdirigente magisterial, con la designación de Carlos Alberto Villa Jiménez, de triste memoria en su paso por el PRI y severamente cuestionado por su desempeño inescrupuloso en la Secretaría del Bienestar.
Andrés Manuel López Obrador cumplió apenas dos años desde que asumió el cargo de Presidente y de pronto pareciera que pierde el control.
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Epílogo.
Este segundo informe, especial de por sí, debido a la contingencia sanitaria que enfrentamos, mostró una nueva realidad respecto a la gestión de Andrés Manuel López Obrador. *** Las palabras del padre José Manuel Suazo Reyes, vocero de la Arquidiócesis de Xalapa, dan una muestra de la sensación de hartazgo que priva en un importante sector de la sociedad: “¡No estamos bien Sr. Presidente! Hay muchas muertes por Covid-19 o por la violencia imparable, no se ve un futuro mejor, ni estamos felices”, escribió el representante de la Iglesia Católica. No es una expresión que deba ser tomada a la ligera. *** Otro ejemplo de que el Presidente tiene serios problemas de aceptación, fue el “incidente” ocurrido en las puertas de Palacio Nacional, cerca de las 6 de la mañana, cuando el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, fue agredido verbalmente por maestros que se manifestaban en la plancha del Zócalo y no salió lesionado gracias a la protección de sus ayudantes, uno de los cuales sí resultó lesionado. *** “La escolta no reaccionó por órdenes de DN-1 (clave del Secretario), sin embargo el destacamento de la Policía Militar sí lo hizo y sus elementos se enfrentaron a los maestros a golpes y a patadas”, refiere el parte rendido sobre este suceso. *** La opinión del exgobernador de Veracruz y coordinador de Movimiento Ciudadano (MC) en el Senado, Dante Delgado Rannauro, es también lapidaria: “Aunque el gobierno federal (entiéndase el Presidente) asegure que con sus proyectos se generarán miles de empleos, la realidad de millones es distinta”.
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