El joven había salido a las 10 de la noche a comprar pan a dos cuadras de su casa. Decidió irse en moto, tomó el casco, pero olvidó la cartera donde llevaba su licencia de manejo; sólo se echó a la bolsa un billete para pagar el pan. En un Oxxo se detuvo, con la moto prendida, para preguntar a su familia por mensaje de WhatsApp si se les ofrecía algo más. Estaba en eso cuando llegó una patrulla de tránsito. Así, sin mediar infracción ni falta le pidieron los papeles de la moto. Él llevaba una copia de la factura de la moto. Al momento de mostrar el documento preguntó cuál era la infracción que había cometido, ahí parado frente al Oxxo. Una mujer oficial le pidió la licencia de manejo, pero él no llevaba cartera. Siguió preguntando cuál era la infracción. Al no poder presentar la licencia de manejo le dijeron que se iban a llevar la moto. El joven habló con su patrón, quien era el propietario legal de la moto. Los oficiales no quisieron hablar con él, no tenían por qué. Sin embargo, el patrón le pidió al empleado que pidiera el nombre de la oficial y que anotara el número de patrulla. Insistió el joven, pero no quisieron darle el nombre. El patrón le dijo que lo pidiera amablemente, que siendo servidores públicos debían darle su nombre. No querían, entonces el patrón habló, puso el altavoz y dijo que si no daban el nombre y número de patrulla que se atuvieran a las consecuencias. Entonces lo dejaron ir. Esta escena que nos narraron ayer por la noche se está repitiendo a cada momento. El negocio de las grúas regresó, y los oficiales de Tránsito, que llevan comisión por vehículo decomisado buscan a las presas que significan para ellos dinero. Sacar un auto del corralón implica al menos 800 pesos de arrastre, aparte la multa. Cuando hay razón para eso se debe pagar la infracción y el arrastre. Pero cuando estás detenido, hablando por teléfono y sin razón te abordan para llevarse tu vehículo entiendes que el propósito de ellos es cumplir con la cuota, y sacar la comisión como un extra del sueldo.
La marcha del millón a favor de AMLO no llegó ni a 6 mil; cada día menos chairos, cada día más fifís
La marcha estuvo convocada para el sábado 24 de octubre. Se trataba de una respuesta a la marcha de FRENA, es grupo “antilopezobrador”, que jura haber reunido más de 100 mil personas en el Zócalo de la Ciudad de México. Los seguidores de López Obrador juran que fueron apenas unos miles los que se reunieron; alegaron que una marcha a favor de López Obrador no reuniría 100 mil personas, sino un millón, y así la llamaron, “La Marcha del Millón”. Sin embargo, el sábado 24 de octubre sólo se reunieron 5 mil 700 personas en el Zócalo, según cuentas del propio gobierno de la Ciudad de México. La marcha partió del Ángel de la Independencia y se dirigió al Zócalo. Los de la marcha tuvieron que distenderse, espaciarse no tanto por la sana distancia, sino para verse más, pero no lo consiguieron. Ante la escasa convocatoria, se veían los huecos enormes entre contingente y contingente. ¿Qué está pasando? ¿Acaso el apoyo al presidente López Obrador ha mermado? Esta vez marcharon grupos de apoyo al presidente, los llamados chairos, esos que todo lo ven color de rosa. Antes, por López Obrador marchaba el ciudadano de a pie, el que no tenía filiación política, el que tenía filiación política, pero quería que llegara un gobierno diferente. Dos años después esa gente que apoyaba a AMLO ya tiene una idea de lo que es este gobierno.
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Senador de Tlaxcala muere por coronavirus; fallece el sábado, pero días antes estuvo muy activo en reuniones del Senado
Todavía el martes 20 de octubre el senador Joel Molina estuvo en la sesión del Senado de la República. Su homólogo, Damián Zepeda, dice que fue un acto irresponsable tener esa sesión sin las medidas sanitarias adecuadas. Señala Damián Zepeda que no sabe si ahí se contagió el senador, aunque el senador pudo haber contagiado a otros. El sábado por la tarde se anunció la muerte del senador de Tlaxcala, Joel Molina; murió por causa del coronavirus. Ahora ya vienen las condolencias. En un mensaje de Twitter el presidente de la República anotó: “Abrazo con afecto a familiares y amigos del profesor Joel Molina, senador de la República, quien falleció en Tlaxcala, su tierra natal. Siempre lo recordaremos por su abnegada entrega en favor de la transformación de México”. Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMX anotó: “Mi pésame para la familia y seres queridos del senador Joel Molina por su sensible fallecimiento. Sea el consuelo y la resignación con ellos. En paz descanse”. La muerte tan repentina del senador sirva para entender que la pandemia del coronavirus sigue latente, y que lo menos que podemos hacer es bajar la guardia y movernos como si todo ya hubiera pasado.
Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra
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