A la mayoría de mexicanos les nace el deseo de tener bienes en tan poco tiempo y de manera fácil, una de las vías es entrar a la política y llegar a cargos públicos para atracar al erario, aplicando el adagio “no me des ponme donde hay” los salarios en la esfera gubernamental son generosos, no obstante ello la ambición los ciega y se roban desde un peso hasta los millones que puedan desviar al bolsillo a su nombre o de un tercero, porque ha habido casos en donde la cocinera de un servidor público aparece como dueña de un rancho sin saberlo.
Así que sin justificar los actos vandálicos debo reconocer que el saqueo a las diferentes tiendas del país y particularmente a Veracruz, quienes lo realizan siguen el ejemplo del que dijo haberlos gobernado, quien con su fuga ha aceptado la responsabilidad del desvió millonario detectado por los órganos de fiscalización creados para tal efecto, pensando que si Duarte Robo o Peña Nieto lo hace ellos por que no.
El mal ejemplo de un gobernante lo mejora el gobernado, es una enseñanza que sigue como espiral difícil de erradicar, aun cuando la iglesia, la escuela y los padres pudieran inculcar a que los hijos tengan un modo honesto de vivir y se ganen la vida honradamente, en la calle y los políticos echan por la borda los principios con lo que estos se crían teniendo como resultado una sociedad confusa y desorientada saboreando la miel proveniente del mal.
Otro: No al vandalismo, si a la protesta contra el gasolinazo.
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