Pero hoy, no parece ser así en todos lados. Situaciones de pena y preocupación se politizan, como sucedió recientemente en Acapulco, y ahora, con el sufrimiento de hermanos veracruzanos no solo en el Norte de Veracruz, sino en cada uno de los rincones del territorio, no todos están jalando hacia el mismo lado. Si a unos les duele, nos debería doler a todos, pero hay muchas voces más preocupadas en señalar y criticar, que en sumar y construir.
Es lamentable que eso suceda.
¿Dónde quedó la solidaridad de los veracruzanos? ¿Dónde quedaron los valores humanitarios? ¡No todo es ni debe ser política!
Vergüenza da que se aproveche el dolor humano para denostar a quienes no piensan igual políticamente.
Es hora de ayudar, de ser empáticos con los que sufren, de tener paciencia, de ser solidarios en estas terribles horas de dolor.
Seamos humanos. Demos ideas. Apoyemos cualquiera que sea el destino, no generemos incertidumbre ni miedo.
En 1999 la desgracia asoló esa misma zona, y sin redes sociales ni información al momento, cuando se supo el tamaño de la tragedia, los veracruzanos se volcaron en ayudas.
Ahora que hay información en tiempo real, esas redes sociales que antes no había, no están siendo ocupadas por todos para ayudar, sino más bien para dañar. Que la expresión social en las modernas redes informativas deje de abonar a la discordia, sería un buen comienzo.
Canillazos duros para aquellos que solo buscan soltar culpas sin siquiera conocer el fondo de la olla… lecheros calientes para los héroes que hoy están en la zona, apoyando, sin dormir y con los recursos que tengan. |