Ya le ganó el brinco al PRI, partido que luego de su estrepitosa caída y de haber gozado seis años de la plenitud del “pinche poder” (Fidel Herrera dixit) lo perdió todo, todito, todititito.
Al PRI y los priistas se les dijo de todas las formas posibles que debía renovarse, cambiar incluso de nombre, ¡Reinventarse!
Y es que a más de 100 años de la Revolución Mexicana, ni siquiera el nombre de ese partido hace sentido ya a millones de mexicanos. “Partido Revolucionario Institucional”… ¿Revolucionario? Todavía después de más de 100 años sigue vigente esa palabra que hace alusión no solo al cambio, sino que todos saben que en ese partido nació después de la Revolución. Para el caso daría lo mismo si se llamara “Partido Insurgente Institucional”, o “Partido de la Reforma Institucional”, o alguna otra lindura sacada de los libros de texto.
Se apropiaron de los colores patrios y los hicieron suyos, y hoy ni siquiera eso llama a la unión.
El PRI para renovarse debería primero cambiar de líderes corruptos, y luego reformularse, incluso cambiar de nombre y esperar que la próxima generación olvide de dónde viene y lo que representa.
Lástima que el PAN ya les ganó el brinco, porque si el PRI de alguna forma lo hace en los próximos años la comparación, aunque odiosa, será necesaria y se verá como una mala copia de la renovación del PAN.
Ni modo manitos… hasta para renovarse les ganaron de mano. |