Alumnos de la escuela secundaria número siete, en el municipio de Boca del Río, se ven obligados a tomar clases a la intemperie luego de que el pasado temblor dejó inutilizado el edificio en donde se encuentran sus salones.
Los pupitres, pizarrones improvisados, jóvenes estudiantes y maestros se encuentran debajo de un domo que poco puede hacer para protegerlos del los rayos del sol y del calor propio del puerto jarocho.
Néstor Goné Arenas, Director de la escuela, señaló que son más de 200 alumnos los que se encuentran fuera de sus salones, pues se ha determinado que la estructura está sumamente dañada y representa un riesgo para quienes toman clases en su interior.
Detalló que desde hace mucho tiempo se había reportado que el edificio se encontraba en malas condiciones sin embargo no fueron escuchados, y ahora con el temblor la estructura se dañó aún más.
Dijo que por el momento los alumnos de segundo y tercer año seguirán tomando clases debajo del domo, sin embargo ya han solicitado a las autoridades educativas les envíen aulas móviles, pero desconocen si les serán autorizadas.
Recalcó que de acuerdo a los especialistas de espacios educativos las reparaciones u otras obras que haya que realizar en el edificio podrían tomar al menos tres meses, por lo que piden que se apresuren a comenzar.
Mientras tanto las madres y padres de familia se encuentran preocupados pues temen que otro nuevo temblor se presente y pueda ocasionar que el edificio de salones se venga abajo y por ello exigen una solución. |