“Llegamos con el propósito de barrer las calles donde el lodo ya se ha secado, para dejarlas lo más limpias posible, cada día atendemos diferentes zonas para ofrecer un mejor servicio”, explicó.
Recordó que muchos de sus compañeros llevan más de un mes trabajando sin descanso, día y noche, desde los primeros días de la emergencia, “ellos fueron los que enfrentaron lo más difícil; hoy ya podemos decir que el avance en la limpieza es de alrededor del 90 por ciento”, añadió el operador.
Aunque en algunas zonas el polvo o el acceso de maquinaria puede generar molestias temporales, el personal trata de minimizar los inconvenientes, “sabemos que puede ser molesto, pero siempre tratamos de reducir las molestias usando pipas para evitar levantar polvo. La ciudadanía ha mostrado mucha comprensión y agradecemos ese apoyo”.
La recuperación de Álamo continúa como una tarea colectiva, donde el trabajo institucional se suma a la colaboración de la ciudadanía: con voluntad, empatía y coordinación, Veracruz demuestra que juntos es posible levantarse y recuperar el bienestar de las comunidades. |