Ante ese hartazgo, se ha hecho la iniciativa ciudadana denominada Ley 3 de 3 (obligación de presentar las declaraciones fiscal, de intereses y patrimonial) y se ha llevado hasta la Cámara alta para su aprobación.
Pero ¿cómo va su discusión? Todo parece indicar que los priístas a través de su coordinador del PRI en el Senado Emilio Gamboa, se resisten a la aprobación por considerarla una cacería de brujas. Le cuento. Dentro de la iniciativa existe un apartado de recompensa, es decir, si usted denuncia un acto de corrupción, y se comprueba, le darán un incentivo equivalente al diez por ciento. ¿Le parece mala idea?
Desde mi punto de vista, no, al contrario, tratándose de dinero extra y con tal de abatir la corrupción, yo aplaudo ese artículo. Aunque Gamboa afirma que esto se convertiría en estar denunciando a todos por todo. ¿A qué le teme?
Contrario a la opinión del priísta, el director de transparencia ciudadana Eduardo Bohórquez defiende el sistema de recompensas y señala que este esquema sirvió como clave contra el escándalo de corrupción internacional en la FIFA.
¿Se imagina cuántos actos de corrupción saldrían a la luz pública?
Mientras siguen calentando la Ley 3 de 3, el Senado aprobó ayer la Nueva Ley Federal de Transparencia con 75 votos a favor y 4 en contra. En ella se garantiza el acceso a la información pública que esté en posesión de la autoridad, cualquiera que ésta sea; aplica para personas físicas, morales, partidos políticos o sindicatos que ejerzan fondos públicos, y fideicomisos.
Recordemos que ya había una Ley, incluso, los organismos y las instituciones estaban obligados a hacer pública su información o a proporcionarla a quien la necesitara, cosa que desgraciadamente no se hacía ni se hace.
¿Será que esta nueva ley ahora sí se aplique de la manera correcta en beneficio de los ciudadanos?
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