¿En verdad le conviene al presidente electo Andrés Manuel López Obrador y al país el empoderamiento de Elba Esther Gordillo como dirigente de los maestros? ¿No los mexicanos habían votado por una transformación de la "cuarta" precisamente por estar cansados de los líderes sindicales charros que provienen de ese priato añejo que casi se extinguió en las pasadas elecciones?
Y es que mientras muchos celebran el regreso de Elba Esther al escenario político, habría que preguntarse si entonces de una vez mejor revivimos a "La Quina", ya que estamos adentrados en la moda ochentera de Luis Miguel y Verónica Castro en Netflix.
Podemos decir que si bien el presidente AMLO, la lideresa Elba Esther y hasta el gobernador electo de Veracruz, Cuitláhuac García, coinciden en echar abajo la Reforma Educativa tan polémica, esto --en teoría-- no quiere decir que estarán de acuerdo en aplicar políticas educativas dictadas por el SNTE o por una cúpula del magisterio que ahora busca entronizar a la llamada "maestra".
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Y es que el mito para lo anterior radica en que supuestamente los líderes magisteriales se "movilizaron" para inclinar la balanza a favor de MORENA en todo el país, lo que francamente mejor que se los crea su abuelita.
Durante años los líderes sindicales como Elba Esther, Carlos Romero Deschamps, Víctor Flores, y demás alimañas, siempre vendieron la idea de que sin ellos el estado perdería el control de la clase obrera "mexinaca" (Lobeira dixit); con ese pretexto recibieron prebendas y millonarias cantidades de dinero por parte de gobiernos emanados del priato absoluto, cuando el tricolor fue dueño del balón, de la cancha, de los jugadores, del estadio, de la afición, del arbitro, etc.
Pero al paso de los años, los excesos de estos dirigentes sindicales fueron incrementando el descontento popular: vehículos de lujo, mansiones en México o en otras partes del mundo, trajes de diseñador, relojes finos, viajes al extranjero con destinos a veces exóticos, mientras la mayor parte de sus agremiados sobreviven o tienen que supeditarse al control de la burocracia sindical para fines políticos que regularmente beneficiaban al PRI.
Estos líderes incluso sobrevivieron al panismo pazguato que llegó a Los Pinos y que nunca se ocupó de desmantelar esa vieja estructura emanada del priismo, sino que incluso negoció y alió con ella también por el "temor" de que se "perdiera" el control sobre la clase trabajadora. Caso más claro fue precisamente el de Elba Esther Gordillo, quien al final terminó traicionando al PRI, creó su propio partido Nueva Alianza (hoy en vías de extinción) y apoyó a Felipe Calderón a la Presidencia y a Miguel Ángel Yunes Linares al ISSSTE y a la gubernatura de Veracruz, cuando perdió frente a Javier Duarte de Ochoa.
La Gran Elección fue distinta en este sentido: ningún "líder" político puede atribuirse que llevó a su "rebaño" a votar masivamente a favor de MORENA; fue una inercia grande, ampliamente democrática, contundente, pero sobre todo con una conciencia ciudadana para ejercer de manera libre el voto. Nadie puede tomar crédito de lo anterior y decir "yo mandé a mi gente a votar por tal o cual candidato", y la muestra está en que, al menos en Veracruz, los dos punteros tuvieron cifras históricas y de récord.
Todos aquellos que ahora venden la idea de que gracias a ellos Andrés Manuel o Cuitláhuac llegaron al poder, en realidad nunca movieron nada: sólo es vender espejitos a los nuevos líderes del país y del estado. Lo anterior se comprueba cuando bastiones y sectores identificados con el PRI (el voto "oculto" que le quisieron vender a Pepe Yunes) se fue para MORENA y hasta algunos bastiones del Yunismo como en el caso de Veracruz Puerto, donde Ricardo Exsome fue elegido diputado federal por ese distrito.
En este sentido, López Obrador fue tajante en su mensaje a medios de este lunes, que hizo conjuntamente con el presidente Enrique Peña Nieto: "La política educativa es facultad del estado" y por lo tanto "se cancela la Reforma Educativa", pero además subrayando que "la maestra no va a trabajar en el gobierno".
Al final de la conferencia, al tabasqueño le preguntaron si habría espacios para Elba Esther en el nuevo gobierno: "No va a haber un gobierno al servicio de una persona o de un grupo, no vamos a tener un gobierno que actúe como un comité al servicio de una persona o de una minoría; va a ser un gobierno que va a representar a todos los mexicanos; por eso no hay nada que temer: todos van a participar, pero las decisiones las va a tomar el gobierno legítima y constitucionalmente constituido... Nadie va a estar al margen o por encima de la ley".
Al término del mensaje de los presidentes, llamó la atención el saludo personal que ambos, AMLO y Peña, hicieron a la senadora electa y futura secretaria de Energía, Rocío Nahle, zacatecana de nacimiento, pero veracruzana de corazón... Al tiempo... Es PP (puro power)... O algo así.
@pablojair |