Desde que se supo de su inclusión en la posición dos de la lista de Morena de candidatos por la vía plurinominal, surgieron muchas publicaciones en las que se hacían intrincados cálculos para afirmar que al oriundo de Hueyapan de Ocampo “no le alcanzaría” para llegar por la vía de la representación proporcional.
Cuando se dieron cuenta de que sí llegaría a la diputación, entonces empezaron a hablar de los descalabros que sufrió el Congreso de Veracruz por parte de la justicia federal y le atribuyeron toda la responsabilidad al propio Gómez Cazarín, con lo que –aseguraban- su permanencia al frente de la Jucopo era inviable.
Volvieron a fallar.
Gómez Cazarín no sólo se reeligió como diputado, sino que se mantuvo al frente del Congreso y ratificó a su operador administrativo, el secretario general Domingo Bahena, contra quien también enderezaron una dura campaña mediática.
Pero, además, desde la primera sesión de la nueva Legislatura el número de integrantes en la bancada de Morena (la que coordina él mismo) aumentó su número y de 24 diputados que originalmente integraban ese grupo, ahora son 29 por aquellos que habiendo llegado bajo el auspicio de otras siglas, en ese momento decidieron sumarse al grupo que encabeza Gómez Cazarín.
Y un efecto más: esa desbandada de diputados provocó que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) desapareciera de la nómina del Poder Legislativo, pues sus dos diputadas (ambas de representación proporcional) Lidia Irma Mezhua Campos y Perla Eufemia Romero Rodríguez, decidieron sumarse a Morena.
La carrera política de Juan Javier Gómez Cazarín, no exenta de polémica, ha ido en un ascenso sostenido.
¿Hasta dónde ha de llegar?
Hasta donde su habilidad, su lealtad y sus capacidades se lo permitan.
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(De la columna "Punto de vista") |