Hoy los equipos pro y contra Rocío están armados y en pie de guerra. Y eso que Rocío poco acto de presencia ha hecho en Veracruz.
¿Quién con tamaña responsabilidad federal lo haría?
Pero aun así ha calado, y muy fuerte, entre el electorado. La sola mención de su nombre causa polémica en los cafés, en las mesas familiares, en la oposición.
La misma Rocío Nahle así lo siente, lo ha diagnosticado y lo ha escrito en su cuenta de Facebook con cierto reclamo muy propio de alguien que se siente agredido: “Ahora el absurdo en la crítica; si me muevo para trabajar, si salgo a comprar al mercado, si mi casa es mi casa, si pago el recibo de la Luz, si los vecinos me vieron… y cuanta ocurrencia”.
Es decir, Rocío se siente perseguida, acosada por sus malquerientes. ¿Será porque es mujer? ¿Será porque se le ha visto como una política triunfadora en elecciones para anteriores cargos de elección popular? ¿Será porque AMLO la eligió para dirigir una de las dependencias más importantes para la defensa de la soberanía energética del país? ¿Será porque AMLO habla siempre muy bien de ella?
Será el sereno, pero hoy con el nombre de Rocío Nahle, en Veracruz se desayuna, se come y se cena.
Y Rocío lo sabe y por eso escribió: “En su momento serán los veracruzanos quienes decidan, ¡El PUEBLO MANDA Y ES NUESTRO AMO!”.
Y tiene toda la razón Rocío. El poder del pueblo al que hoy por hoy no pocos descalifican es el que decidirá, el que siempre debió decidir.
No faltarán más temas de rechazo hacia ella, sus oponentes de corazón o de imitación no la soltarán, llegue o no a ser la candidata de MORENA; ya le encontrarán otros descalificativos ciertos o falsos ya que la guerra por el poder en Veracruz apenas empieza.
Hoy el “nuevo impedimento” que no pocos han tomado como jurisprudencia para aumentar las piedras en el camino a Rocío Nahle es la opinión profesional del abogado Fidel Ordoñez Solana, muy renombrado pero no por eso infalible, quien sostuvo que Rocío carece de residencia efectiva en el estado de Veracruz, “no cumple con lo establecido en el Código Civil local”.
La respuesta de Rocío fue inmediata: “Con satisfacción y orgullo informo que tengo 36 años de residencia en Coatzacoalcos, Veracruz, donde he formado una familia y tengo mi hogar”.
Al respecto el mismo excandidato al gobierno de Veracruz José Francisco Yunes Zorrilla expresó que "Según la CPEUM (Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos), puede ser gobernadora o gobernador de un Estado, entre otros requisitos, quienes sean nativos de esa Entidad o, al no serlo, acredite una residencia efectiva de cinco años antes de la elección. Ninguna ley puede estar por encima de la supremacía de la CPEUM".
Así, más piedras saldrán a la luz y Rocío tendrá que enfrentarlas, así es la política de compleja complicada y sucia.
Lo que no quisiera ni pensar es que toda esa especie de odios y fijaciones manifiestas en contra de Rocío Nahle tengan que ver con el género, porque eso sí sería un serio retroceso político, pues hasta lo que se ha visto, no se trata de una confrontación de ideas sino de una clara denostación por el simple hecho de no ser veracruzana por nacimiento, sin detenerse a pensar en los derechos adquiridos como el “derecho de sangre” que una vez reclamara Porfirio Muñoz Ledo para evitar ser impedido a participar en una contienda electoral.
Lo que sí no se puede negar y nadie cuerdo lo haría, es que Rocío es de otras capacidades muy distintas y superiores a muchos que se creen hoy con derechos a dirigir los destinos de Veracruz en el próximo sexenio.
Para mi entender, finalmente a Rocío Nahle toda esta vorágine de información y opiniones le vendrá bien, pues sin tener que hacer presencia física por el encargo superior que tiene, no deja de ser nombrada y como dicen, total detractores quién no los tiene.
De ese tamaño es el temor de quienes buscan afanosamente arrebatarle por la buena o por la mala el poder a MORENA.
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(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES")
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