El Partido Verde tiene fuertes nexos con Adán Augusto López y éste lo está usando para cargar los dados en el juego sucesorio. Jugar con el marcador pudiera ser su última carta frente a Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, quienes le llevan amplia ventaja en las encuestas de Morena.
Pero a Manuel Velasco no le da para convertirse en una figura nacional. Así que hablar ahora mismo de un coordinador de campaña es, en el mejor de los casos, un sueño guajiro que algunos políticos veracruzanos han filtrado.
Sin embargo el Verde tiene que jugar sus cartas, y aún perdiendo gana. En el peor de los casos recibirá a quienes han caminado la legua esperando que las circunstancias y ellos darían votos verdes, con interior morena. Y en el mejor de los casos, lograría no dejarse avasallar por Morena y se sentarían en la mesa de negociaciones entre iguales.
Eso lo ha entendido bien Marcelo Ruiz, quien también busca su circunstancia para llegar al poder legislativo. Mientras, su estructura y sobre todo los que conforman el comité estatal con la inercia que trae Edgar Herrera, se mueven, amarran cuadros y hacen el trabajo de filigrana.
Esa es la apuesta del Verde, una apuesta calculada, de tejido con zurcido invisible rumbo al 2024.
Con los cuadros que le lleguen, más lo que están sembrando, en Veracruz tendrán una buena baraja.
El éxito estará en saber hasta dónde estirar la liga y hasta dónde vender la idea. Eso lo decidirán en en el Altiplano, pero mientras, en tierra, se hace un arduo trabajo que podría reconfigurar al Verde y ponerlo a tono para lo que vengan en el 2024 y en las municipales del 2025.
@AtticussLicona
(COLUMNA "POLÍTICA AL DÍA") |