Al no existir una reglamentación como la que se tiene en Estados Unidos, los hombres se sienten en condiciones de infringir comentarios soeces, malas palabras o incluso llegar al acoso sin que ninguna autoridad los penalice por ello.
Cuando esto se permite, señalan, el siguiente paso es una insinuación directa al acoso sexual, la violencia física o la violación, por lo cual la solución se da diversas vertientes en las que el Gobierno debe invertir a través de la educación y cultura en las escuelas, formación de talleres para padres e hijos, valores, legislación de leyes y cumplimiento de estas.
Nueve de cada diez, mujeres, indicaron, han sufrido en una etapa de su vida algún tipo de acoso sexual; siete de cada 10 lo han sufrido en la vía pública a través de un piropo y seis de cada 10 cuando han caminado solas por la calle y tres de cada diez acompañadas incluso por sus hijos.
El hecho de que una mujer luzca buen cuerpo, vista ropa entallada o use short o alguna minifalda es motivo suficiente para ser acosada en México, de ahí que las mujeres se sientan indispuesta a utilizar algún tipo de ropa que genere piropos mal intencionados o el que las toquen o hasta intenten besar en plena vía pública.
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