El panorama está más negro de lo que el más pesimista analista político se pudo imaginar. Frente al cierre de sexenio priista e inicio de un gobierno panista-perredista, la situación es oscura.
Tanto el gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, como el titular de Hacienda, José Antonio Meade, tienen razón.
Veracruz está endeudado hasta las cachas y que aumente su deuda puede ser más que peligroso. Además, ¿Por qué los veracruzanos debemos pagar las gracias de Javier Duarte y su pandilla? En eso Miguel tiene total razón.
|
Rescatar a Veracruz con recursos federales sería un nuevo FOBAPROA y eso sentaría un mal precedente para el país, ¿Por qué pagar con recursos públicos las pillerías de Duarte y su pandilla, sobre todo cuando la Federación cumplió en tiempo y forma con enviar las participaciones y aportaciones para los municipios de Veracruz? Esa es la raya que ha pintado el titular de Hacienda, José Antonio Meade, y eso también es real y válido.
Es decir, en estricto sentido no hay salida técnica y apegada a derecho que pueda resolver, en días, el caliente ambiente financiero que atraviesa Veracruz.
El problema financiero atisba a un problema de ingobernabilidad, pero no se puede ni se debe apostar a una confrontación social porque no solo son los alcaldes los enardecidos que han llegado a extremos de violar leyes y posesionarse del Palacio de gobierno.
El timorato Secretario de Finanzas de Veracruz, Antonio Gómez Pelegrín, destapó la Caja de Pandora cuando dio a conocer que de los 87 mil millones de pesos de deuda total que se reconoce en Veracruz, 46 mil millones se deben a las unidades productivas e instituciones estatales y municipales. Es decir, la deuda con la sociedad que trabaja o tiene derechos por haber trabajado, es muy superior a la deuda bancaria. Esto es sumamente grave porque son deudas vencidas; no son deudas negociables ni reprogramables como suelen ser las de los bancos. Esos 46 mil millones de pesos se deben pagar de inmediato, pues ya han sido devengados y está reconocido.
Con esto tenemos que no solo se les debe a los alcaldes, sino también a maestros, jubilados, pensionados, contratistas, proveedores, prestadores de servicios, becarios, Universidad Veracruzana, OPLE, Cruz Roja, rentistas de edificios de oficinas públicas, agua, luz, etc. Grave es también que no se les haya entregados los recursos que no les fueron entregados a campesinos, ganaderos, pescadores, comerciantes y que fueron desviados para fines personales de los funcionarios.
Y, por si fuera poco, enfrente vienen los pagos del cierre de año a la burocracia en el gobierno del Estado y municipios, que le tocará resolver sí o sí, al nuevo gobierno con las arcas vacías.
¿Cómo sacar después de las calles a tanta gente que vive de esos pagos? Es un efecto atómico que puede resultar de incalculables daños sociales y políticos para Veracruz… pero también para el país.
Hace falta una decisión política. ¡Esto urge!
Aquí hemos dicho que una solución podría ser un préstamo pero no a cuenta de la economía de los veracruzanos ni de la Federación, sino a cuenta de lo que se les confisque a quienes saquearon al Estado. Tal vez eso no alcance, pero hay mucha tela de donde cortar. El dinero no puede haber desaparecido. Habrá que voltear de cabeza a los irresponsables para que de sus bolsillos salga el dinero para pagar el puente financiero que resuelva y aplaque los ánimos políticos.
¿De dónde tomar? De cuentas bancarias, residencias, ranchos, aviones, helicópteros, terrenos, autos, anillos y por ahí algunos cientos de cajas de huevos repletas de pesos, dólares y quizá hasta euros.
A lo mejor pareciera simple y demagógica la medida… pero no hay de otra. Es la única manera que se resuelva el entuerto político actual.
¡Cárcel y que regresen lo que se robaron! |