En la búsqueda del consenso que se requiere, el papel de la delegada nacional, Lorena Martínez, es fundamental. Procedente de Aguascalientes, tras ser derrotada en la contienda por la gubernatura, la representante del Comité Nacional sabe lo que significa ver a su partido fuera del gobierno, sabe lo que se necesita para volver a levantar la nave y encausarla una vez más a la ruta del triunfo.
Este martes el delegado del ISSSTE en Veracruz, Renato Alarcón, dialogó con columnistas del llamado Grupo de los Diez y se dijo muy interesado en encabezar los esfuerzos de su partido por retomar el liderazgo político en Veracruz.
“No estoy buscando chamba, pero tampoco me conformo con mantenerme en una zona de confort; estoy convencido de que los priistas debemos poner lo que esté de nuestra parte para sacar adelante a nuestro instituto político, y yo levanto la mano”, explicó.
No es una mala opción. Se trata de un político joven, que ha transitado por las tareas partidistas y que tiene muy claro lo que se necesita para avanzar desde la oposición responsable y con el bienestar de Veracruz como objetivo.
Érika Ayala también se anotó para asumir esa tarea. Su trayectoria es intachable. Ya estuvo al frente del PRI y dejó una buena impresión. Hoy encabeza al Sector Popular en la entidad y se dice dispuesta a afrontar el reto.
Carlos Aceves, por su parte, representa una generación aún más joven. Su trayectoria es más corta, pero es reconocido por su capacidad de conciliación y su disposición para el trabajo.
Lo que al final sorprende gratamente para los priistas, es que están descubriendo nuevos cuadros, nuevas propuestas para asumir los liderazgos que requiere ese partido en momentos tan complicados.
Al PRI en la entidad los tiempos se le vienen encima. Ya tendría que estar trabajando en la búsqueda de acuerdos en los 212 ayuntamientos para sacar las planillas con las que habrá de contender, pero nada de eso se ha hecho por la falta de alguien que tome el timón del partido.
Una vez resuelto ese tema, se tendrá que recurrir a rutas más prácticas, a la voluntad de todas las fuerzas para apoyar a candidatos con posibilidades de triunfo y planillas que representen a todos los sectores.
Es el momento de que dejen atrás los intereses de grupo y todos se sumen con el objetivo de retomar su posición preponderante en la política estatal.
Si no lo hacen hoy, tal vez más tarde ya resulte imposible.
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