Pudiera decirse que la solución capital que se tomó en un principio de manejar el SAS de manera mixta con capital privado era la correcta, no había de otra para que se continuara proporcionando el servicio a la ciudadanía.
Sin embargo, y de pura “casualidad”, el Gobierno se encontró precisamente a dos socios capitalistas extranjeros que al poco tiempo cayeron en escándalos de corrupción en sus respectivos países. Aguas de Barcelona y Odebrecht de Brasil, han sido imputadas de actos de corrupción y en tremendos escándalos internacionales.
Odebrecht, señalada de conseguir contratos multimillonarios vía sobornos, invirtió también en Veracruz en las ramas de la petroquímica, administración de agua y -por supuesto- la de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín, aunque, hay que apuntarlo, sin que hasta la fecha se haya comprobado que haya utilizado la misma vía de los sobornos.
Sin embargo, diversos y extraños hechos debieron ocurrir para que el proceso pudiera culminar en una Concesión “legal” al Grupo MAS:
1. En el diagnóstico de quiebra financiera no hubo responsables, a pesar de que fueron públicos y notorios los actos de corrupción que acompañaron la operación del SAS durante años. Un simple borrón y cuenta nueva.
2. En el proceso de licitación extrañamente fueron cantadas desde antes, las empresas que serían las ganadoras de la concesión.
3. Cuando las cosas se complicaron por incumplimientos de los contratos de la inversión mixta, el poder estatal, municipal y legislativo cayeron encima del Sindicato de Trabajadores del SAS y con las manos en la cintura se disolvió el SAS.
4. De ahí al presente, había sido mucho muy extraño que desde que el Grupo MAS en el que participan Aguas de Barcelona y Grupo Odebrecht, jamás hubo informes financieros ni se sabe haya habido la rendición de cuentas propias de la Concesión.
Algo fuerte debe estar sucediendo al interior del Grupo MAS para que algunos integrantes del Consejo Directivo del Grupo MAS, hayan solicitado al Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) una auditoría a la Concesión que le fue otorgada por el Ayuntamiento de Veracruz y validada por el Congreso del Estado.
La diputada local Daniela Griego Ceballos ha declarado que esa petición del Consejo Directivo del Grupo MAS, se fundamenta en el hecho de que no se han transparentado las condiciones del permiso que autoriza a la IP suministrar el agua en la zona de Veracruz y Medellín.
“Hay un señalamiento directo a lo que no está explícito y no se sabe, que no se ha transparentado en términos del convenio en el que se da la concesión que se dio a grupo MAS. Hay cosas que no se saben y que se ha estado haciendo hincapié”. Afirmó la diputada local que en el caso de grupo MAS se afectaron los derechos laborales de los ex trabajadores del SAS que siguen sin ser recontratados.
Lo dicho, en esta auditoría que deberá iniciar en breve, el ORFIS de Lorenzo Antonio Portilla deberá ir hasta el fondo, pues debe recordar que ya en Palacio de Gobierno no está su amigo Javier Duarte de Ochoa.
Van a salir víboras y tepocatas… y quizá hasta se llegue a descubrir que detrás de la concesión sí hayan existido sobornos. |