Comentarios más que calientes se oyeron esta mañana en los cafés de la capital veracruzana, pues mientras la Seguridad Pública intimidó con lujo de fuerza a indefensos padres de familia y maestros que protestaban frente a una escuela primaria en Zongolica, la delincuencia hace lo que se le viene en gana en los demás rincones de Veracruz.
Cuando menos en Zongolica no usaron la fuerza bruta, como sí lo hicieron en Coatzacoalcos donde elementos de Seguridad Pública agredieron y detuvieron a garrote limpio a dos de los quejosos que exigían ser indemnizados por las afectaciones que causaron a sus viviendas la construcción del Túnel Sumergido.
Quizá si el gobierno no reprimiera a los ciudadanos quejosos, y se enfocara en la inseguridad, Veracruz no ocuparía el quinto lugar nacional en secuestros, homicidios y extorsión, según cifras de Gobernación.
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