Su posición está fracturada a pesar de la instrucción de su jefe y padre político, Miguel Angel Yunes de no moverse un milímetro de la Fiscalía so riesgo de que el teatro de la gobernabilidad ficticia de los pasados dos años pudiera derrumbarse.
¡De hecho, ya se derrumbó!
El Fiscal carece de asidera alguna y tras el contundente señalamiento del gobernador Cuitláhuac García en las últimas horas en el sentido de que “pactó con Arturo Bermúdez su salida”, que “negoció condenas a cambio de información y bienes para manipular el proceso legal en tiempos electorales”; de ser acusado por los Colectivos de “desaparición forzada” y la exigencia de alcaldes “para que presente su renuncia”, lo ponen en total indefensión.
Ya mismo hace un par de días recibió un claro mensaje –uno más- del repudio y desprecio que se le tiene al ser detenido el vehículo en el que transitaba con su escolta por elementos de la armada de México para revisión supuestamente de armamento ilegal.
Y en las próximas horas por instrucciones del gobernador se “consultará” a los veracruzanos si debe o no seguir en el cargo.
¿Así o más claro?
Calambres como esos no son más que mensajes de que es un tipo indeseable que no cabe en la nueva estructura de poder.
Y es que fueron tantos y tan recurrentes sus desatinos, amén de su ignorancia jurídica, su pasado ominoso, el no reunir los requisitos de titulación y cédula profesional (la original la perdió) para ostentar tan elevado cargo, que al pretender el continuismo del poder es rechazado por los mismos que ofendió.
Este oaxaco irá al cesto de la historia. Entrará en las páginas más ominosas del servilismo a cambio de dinero.
Ni como fotógrafo serviría al nuevo gobierno al dejar como huella indeleble una grave erosión en la investidura que representa como Fiscal, en donde repetidamente rompió el protocolo particularmente cuando se hincaba frente al “patrón” para fotografiarlo.
Hoy Winckler ni con un “¡Los amo!”, como acostumbraba escribir en las redes sociales, logrará el perdón.
“Póngase a trabajar fiscal… chismes en redes no están en mi agenda”, le escribió en alguna ocasión la diputada Maryjose Gamboa cuando venía venir el desastre tras la excarcelación de Duartistas por la mala integración de las carpetas de investigación.
Y es que a este charlatán tal vez se le den otras cosas, menos la abogacía.
Este singular abogadete, hombre de baja estatura que gustaba llevar a su familia e hijos a la oficina para que constataran lo chingón que era, jamás dimensionó el poder que se le entregó en charola de plata.
Nunca supo más que atender de manera ciega e irresponsable el mandato del patrón quien en una ocasión lo cacheteó por el insustancial trabajo jurídico presentado en Guatemala donde aprehendieron a Javier Duarte.
Este artífice de la “Ley Mordaza” contra la prensa se sintió dueño de la posición gracias a la espectacularidad mediática obtenida con el asunto de los Porkis o de Dafne, tal vez de Maryjose.
Tal vez fue eso.
O es probable se le haya metido al tuétano al jefe cuando “grabó” con su celular la conversación que tuvo Yunes Linares con Moisés Manzur en Canadá donde “soltó la sopa”… y ranchos y dinero hoy desaparecidos.
Winckler, ya Fiscal General, como chivo en cristalería, lo primero que hizo fue despedir a cientos de empleados bajo el pretexto de las aviadurias y ese rechazo patológico a todo lo que olía a Duartismo.
Para la historia negra de Veracruz habrá de registrarse su paso por la Fiscalía cuando mandó por un tubo a las familias de los desparecidos; allegarse de una legión de chavos procedentes de Boca del Río y pagar favores como fue el caso del nombramiento del Fiscal Especial en Búsqueda de Personas no Localizadas, Luis Eduardo Coronel, quien terminó violando y embarazando a una de las mujeres del Colectivo “Solecito”.
Todo ello sucede ante el primer fracaso por la liberación de Leonel Bustos acusado por un presunto desvío de 2 mil 300 millones de pesos.
Leonel se amparó y salió de Pacho muerto de risa. Lo habían acusado sin sustento. Ello al igual que el asunto del entonces diputado federal Tarek Abdalá desternillado de risa cuando vio llegar a un nervioso chaparrito a la Cámara de Diputados y recibir como respuesta la fría pared legislativa encabezada por el líder legislativo César Camacho Quiroz.
“Si se meten con uno se meten con todos”, le advirtió en alguna ocasión Alberto Silva Ramos, el legendario “Cisne” quien siempre se burló de las tonterías de Yunes Linares, quien a su vez, como niño de primaria le respondía: “¡Nos vemos a la salida!”.
Winckler ya fue denunciado por “abuso de poder e intento de despojo de 400 terrenos colindantes con las obras de ampliación del puerto” de parte de propietarios de Playa Norte de la ciudad de Veracruz por “no saber diferenciar entre su trabajo como ciudadano común y su trabajo como funcionario público”.
Winckler representa a “Casas Intra”, empresa de la familia Ruiz que se dice propietaria de los terrenos. En 1989 ya se había registrado un fraude con 680 hectáreas.
Y luego de la liberación de Arturo Bermúdez, Mauricio Audirac y el ex gordo Francisco Valencia en donde su situación se volvió tan incómoda como insostenible, máximo que el Congreso del Estado ya prepara un juicio político en su contra.
Winckler tendrá que responder en los hechos como estuvo eso de los pactos en lo oscurito, carpetas de investigación a modo y chantajes millonarios.
En fin, la lista de desaciertos es muy larga y es muy probable que cuando esta columna esté circulando, Winckler ya esté volando a Miami, no para vacacionar, sino para pedir ayuda al patrón.
Tiempo al tiempo.
*El autor es Premio Nacional de Periodismo
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