En fin, un gabinete de chile, de dulce y de manteca, pensando en satisfacer a los amigos y cumplir con los compromisos; nada que tuviera que ver con los veracruzanos.
Hoy los resultados saltan a la vista. La improvisación, como ocurrió con Fidel, Javier Duarte y Yunes Linares, lleva al fracaso a los gobiernos, y este que apenas comienza debe ajustar sus piezas, incluir a profesionales de la administración pública y de la operación política, aunque no hayan estado en la campaña ni tengan amigos cercanos a AMLO. Hay que pensar que primero es Veracruz.
Puros sucesores de Cuitláhuac
A la improvisación, hay que sumar ahora el de los que todavía no inician como debe ser sus responsabilidades en los cargos que consiguieron y ya están zopiloteando al gobernante.
Es vox pópuli los pleitos que se traen al interior del gabinete por alcanzar el poder: unos por desbarrancar a Cuitláhuac García Jiménez y ponerse ellos, y otros por figurar para suceder dentro de seis años al gobernante. Están como los cangrejos dentro de la cubeta, apenas uno pone la tenaza en el borde superior y todos se le van encima para tirarlo. Es lamentable decirlo pero entre esos tempraneros futuristas existe la máxima de “luego de Cuitláhuac, cualquiera puede ser gobernador”, lo que es completamente equivocado.
Lo que los políticos de experiencia recomendarían es cerrar filas en torno a su jefe el gobernador, poner todo su empeño en cumplir con sus obligaciones en los cargos que tienen, ofrecer resultados positivos de su chamba, y con eso estarán en condiciones de que la sociedad veracruzana reconozca que no se equivocó al votar por Morena para que tuviera al gobernador del estado. Caso contrario, con sus actitudes se ganarán el repudio popular y, como pasó con Duarte y luego con Yunes, el pueblo sabio –como dice López Obrador– decidirá prescindir de sus pésimos servicios para colocar a otro porque ellos no funcionaron.
El asunto no es tan sencillo como lo planteamos, el problema es que si continúan como van de mal las cosas en Veracruz (creciente inseguridad, ignorancia total de muchos servidores públicos sobre sus obligaciones, despidos injustificados, cero obra pública), el proyecto de la cuarta transformación se pondrá en riesgo en todo el país. No hay que olvidar que Veracruz es el tercer estado en importancia electoral del país, así que o se ponen las pilas o a lo mejor un manotazo del centro los corre por ineptos.
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