Esta mañana abogados, en la mesa de los cafés políticos, pusieron pinto al abogado y miembro del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UV, Arturo Chipuli Castillo, quién opinó que Lorenzo Antonio Portilla sí puede reelegirse en el cargo ya que “La normativa actual no puede ser retroactiva porque se estarían violando derechos del mismo Congreso local y del auditor”, opinión que registró hoy en su Columna ‘Desde el Café’ el acucioso columnista Bernardo Gutiérrez Parra.
Fuera de los argumentos técnicos Constitucionales y referentes a la Ley de Amparo que según los sabios bebedores de café no tomó en cuenta el abogado Chipulli Castillo, se dijo en la mesa que éste es un académico que nunca ha ejercido nada y que su juventud (tendrá menos de 40 años quizá) no le permite ver el bosque completo del derecho.
Pero lo que valió la desmañada fue que los abogados hablaron de una nueva versión: en realidad Portilla se presta al juego de la liebre, pues mientras los medios lo persiguen, Palacio y el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, brazo ejecutor de Cuitláhuac García en el Congreso, tiene bajo la manga y muy bien cuidado el nombre del próximo auditor general y que incluso podría ser una dama que para mayor referencia pudiera hacer valer esa extraña continuidad de la que habló el propio Portilla a periodistas de la ACOVER.
Podría suceder como con los nombramientos del Gabinete actual al que llegaron por demás gente por demás desconocida mientras la sociedad y analistas barajaban nombres conocidos que al final jamás llegaron. |