Estos son algunos de los signos de alerta para notar una mala alimentación infantil, así como opciones para atender este problema.
El peso y la altura
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) existen dos tipos de malnutrición: la desnutrición que comprende el retraso del crecimiento o provoca bajo peso y el sobrepeso, cuando el peso es mayor al correspondiente.
Ambas formas son notables cuando el nivel de daño ya es alto por lo que es importante poner mucha atención cuando el peso o la altura no corresponden a la señalada por un médico.
Antes de sacar conclusiones, también es importante identificar señales como cansancio, agotamiento y poca energía para desempeñar las actividades.
Comer no significa alimentarse
Uno de los primeros pasos para evitar la malnutrición es calcular la cantidad y porciones de alimentos y nutrientes que un menor consume. La clave de la alimentación está en el equilibrio de las cosas que se consumen.
Un niño que come más nutrientes de los que proceso corre el riesgo de padecer sobrepreso o problemas cardíacos, mientras que la ingesta de un sólo grupo puede ocasionar malnutrición.
Un método para conocer qué tan equilibrado son los platos que preparas es la calculadora del IMSS. Esta herramienta permite calcular la cantidad de nutrientes mínimos que requiere una persona a partir de su peso, altura y actividades físicas.
Si sospechas que tu hijo puede tener problemas alimenticios, acude a tu médico, preferentemente un nutriólogo infantil que pueda determinar con exactitud qué está fallando en la dieta.
|