Sin embargo, la gran noticia que todos esperaban era que un Estado estuviera por fin en semáforo verde para que -de acuerdo a los propios criterios del gobierno- por fin los niños pudieran volver a sus clases presenciales.
Esa era la premisa que el propio López-Gatell y el gobierno le vendieron a México, que los niños podrían volver a clases en Semáforo Verde. Sin embargo, ahora que determinaron que Campeche está en verde, nuevamente se sacan de la chistera una vacilada más y determinan de la Federación que será el propio Estado el que indique si vuelven los niños o no a las escuelas.
Como quien dice: “autoridades estatales, es su perro y ustedes lo bañan”. Será por tanto, decisión unilateral el volver o no a las escuelas y el costo político de una vuelta a la normalidad lo absorberá (obviamente) el Estado mientras Gatell y López Obrador sencillamente se lavarán las manos.
¿Qué pasó? Lo que se esperaba. Campeche no quiso ser el patito feo y decidió que no volverían los niños a clases presenciales.
Por lo tanto, ¿Qué podemos esperar en los demás Estados? ¿Cambiará algo con que algún día estemos en Semáforo Verde? Al parecer no, porque el Semáforo Epidemiológico nació muerto y no se respeta. El Semáforo es, sin duda alguna, una de las mayores chamaqueadas que nos ha puesto el Gobierno en los últimos tiempos. |